Un modelo permite visualizar la evolución del paisaje mediterráneo tras un incendio forestal

Sus autores señalan que la intensidad y el número de incendios afectan directamente sobre la evolución y tipo de cubierta vegetal
Por EROSKI Consumer 2 de agosto de 2009

Un modelo matemático y cartográfico diseñado por un equipo internacional de investigadores permite visualizar la evolución de los paisajes mediterráneos que surgen como resultado de los incendios forestales, señaló el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

«Hemos desarrollado un modelo para representar mediante mapas cómo se van sucediendo los distintos tipos de vegetación en un paisaje mediterráneo, incluyendo los incendios como elemento implícito en la dinámica de la vegetación mediterránea», explicó Raúl Romero Calcerrada, investigador del Departamento de Tecnología Química y Ambiental de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y coautor de un trabajo que ha publicado la revista «Enviromental Modelling and Software».

El área de estudio ha sido la Zona Especial de Protección para las Aves (ZEPA) número 56, que se extiende por los encinares de los ríos Alberche y Cofio del sudoeste de Madrid, si bien los resultados se pueden extender a otras regiones del área mediterránea, apuntó Romero. El modelo parte de un escenario original y predice la sucesión vegetal más probable según las variables introducidas. Se tienen en cuenta parámetros como el grado de dispersión de las plantas (por brotes o por semillas), su distribución espacial y temporal, y los recursos por los que compiten (sobre todo luz y agua).

Después de un incendio este tipo de ecosistemas generalmente pueden evolucionar desde un pastizal a un matorral (con jaras, lavandas y genistas), posteriormente a un bosque de transición (con pinos, enebros y algunas encinas) y, finalmente a un encinar, en el plazo de unos 100 años. Pero esta evolución puede modificarse dependiendo de diversos factores. Así, los resultados señalan por ejemplo que, en condiciones de aridez del terreno o ausencia de bellotas de encina, en 30 años una zona quemada puede llegar a ser un pinar. Por el contrario, si las condiciones hídricas y edafológicas son favorables, el ecosistema podría evolucionar en menos tiempo hacia un bosque caducifolio, compuesto por castaños o robles melojos.

«La intensidad y el número de incendios afectan directamente sobre la evolución y tipo de cubierta vegetal», indicó Romero, que recordó la gran influencia del hombre respecto a los factores que afectan a las zonas mediterráneas. De hecho esta investigación forma parte de un estudio más amplio sobre los cambios en la ocupación del suelo en áreas rurales, y se integrará con otros modelos para ayudar en la toma de decisiones sobre el uso de estos territorios.

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