Los jóvenes y el alcohol en un entorno que fomenta su consumo

Es vital desarrollar estrategias de salud pública para concienciar a la población joven sobre la relación entre alcohol y cáncer, ya que su consumo daña desde el inicio y las consecuencias pueden ser fatales en el futuro
Por Asociación Contra el Cáncer – Sede Bizkaia 15 de noviembre de 2025
joven no quiere alcohol
El 15 de noviembre es el Día Mundial sin Alcohol. Esta fecha fue establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para fomentar la responsabilidad de la población en el consumo de esta sustancia y concienciar, sobre todo a la población más joven, de las consecuencias tanto físicas como psicológicas de su consumo. Su celebración representa una gran oportunidad para reflexionar sobre el impacto que el alcohol tiene tanto a nivel personal como social, y de manera especial en la juventud.

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Consumo de alcohol en la juventud, práctica habitual

En nuestro entorno, el alcohol es la sustancia psicoactiva más consumida en la población general y en todos los rangos de edad. En cuanto a la población joven, su ingesta es algo habitual.

Según la encuesta piloto sobre el uso de drogas y adicciones en estudiantes de los dos primeros cursos de ESO (ESTUDES 2023), un 21,5 % de los menores de 12-13 años asegura haber tomado alcohol en el último mes. Y, en el caso de los mayores de 14, el porcentaje asciende al 56,6 %, si bien según los datos de la última Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2025), baja al 51,8 %.

La edad media de inicio de consumo de alcohol se sitúa en los 11 años, en el caso de los chicos, y de los 11,4 años en el caso de las chicas. Además, los últimos datos indican que el 1,9 % de las personas jóvenes menores de 12-13 años se ha emborrachado en el último mes y un 17,2 % en el colectivo de 14-18 años.

Las conclusiones del Proyecto Europeo de Encuestas Escolares sobre Alcohol y otras Drogas (ESPAD) de 2024 y la reciente encuesta ESTUDES 2025 coinciden en que el consumo de alcohol entre la población joven está descendiendo, tanto la ingesta general como el binge drinking o consumo en atracón. Esta reducción es más pronunciada entre los chicos, mientras que las chicas se muestra una tendencia más estable.

Pese a estos avances, el alcohol sigue siendo fácilmente accesible para la población joven, y el inicio temprano y los consumos intensivos siguen siendo problemas importantes. No hay que olvidar que las bebidas alcohólicas contienen etanol, una sustancia psicoactiva y tóxica que puede originar importantes riesgos para la salud.

➡️ La importancia del entorno

Los factores culturales y sociales influyen directamente en los niveles y hábitos de consumo de alcohol. El estatus socioeducativo, la disponibilidad de estas bebidas, el nivel de desarrollo económico, la aplicación y el cumplimiento de las políticas sobre el alcohol son factores determinantes en su consumo.

Existe un incremento claro de la prevalencia en jóvenes que ven de manera habitual que sus progenitores toman este tipo de bebidas. Y a nivel social, el consumo de alcohol está normalizado, lo que puede llevar a banalizar la conducta y, por tanto, tener una baja percepción de los riesgos asociados a su ingesta.

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Imagen: Kindel Media

Además, los estudios muestran la importancia de la búsqueda de sensaciones en la explicación del consumo de alcohol y de otras drogas entre la población joven. Esto influye en la valoración que la juventud hace de los riesgos y las consecuencias, muchas veces sesgadas, actuando como mediadores de su ingesta.

Consumo de alcohol y daños

Existen múltiples recursos para ayudar a la población a abandonar la adicción al alcohol. Pero, sumado a estas ayudas, también resulta esencial concienciar a la población de la importancia que tiene llevar unos buenos hábitos. Y es que esta es la única medida posible para protegernos de los riesgos que puede originar el consumo de alcohol sobre la salud.

Se sabe que beber alcohol provoca multitud de daños sobre la salud, es causante de más de 200 tipos de enfermedades y puede originar graves consecuencias como traumatismos o accidentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se producen 2,6 millones de muertes relacionadas con el consumo de alcohol y, de estas, se estima que la mayoría lo son por cáncer o enfermedades digestivas. Además, la ingesta está asociada al riesgo de desarrollar problemas de salud como trastornos mentales y del comportamiento, incluido el alcoholismo, cirrosis hepática o algunos tipos de enfermedades cardiovasculares

👉 Efectos del alcohol en los jóvenes

Cualquier ingesta de alcohol, sea puntual o crónica, comporta importantes riesgos para la salud, tanto de la persona consumidora como de su entorno. En la población joven:

  • Aumenta la posibilidad de desarrollar dependencia o adicción en la edad adulta.
  • El cerebro en estas edades es mucho más vulnerable a los efectos del alcohol: disminuye la capacidad de concentración, la atención y el tiempo de reacción, y dificulta la toma de decisiones.
  • Además, su consumo se relaciona con mayor existencia de conductas de riesgo como agresiones, conductas violentas, mantener relaciones sexuales no seguras o bajo rendimiento académico.

El consumo de alcohol en atracón es una conducta muy habitual entre la población joven, asociada al “botellón”, especialmente durante el fin de semana. El objetivo es tomar la mayor cantidad de alcohol en un corto periodo de tiempo (unas dos horas). Esta conducta produce importantes efectos sobre la salud, como intoxicaciones graves, enfermedades cardiovasculares, dependencia, alteraciones neurocognitivas y de maduración, entre otros.

👉 Alcohol y cáncer

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Imagen: HeungSoon

Como ya se ha recordado, el alcohol está compuesto por etanol que, para metabolizarse, se convierte en acetaldehído, una sustancia cancerígena declarada. Esta puede producir un daño en el ADN de las células, induciendo cambios en las mismas y aumentando el riesgo de cáncer.

La evidencia científica indica claramente que el consumo de alcohol produce cáncer, especialmente de boca, esófago, garganta (faringe y laringe), hígado, intestino grueso (colon y recto) y mama. Se ha demostrado que el 12 % de todos los cánceres tienen una relación directa con la ingesta de alcohol.

La International Agency for Research on Cancer (IARC) indica que cualquier consumo de alcohol, aunque sea mínimo, incrementa el riesgo de cáncer, por lo que la cantidad apropiada para la prevención del cáncer es cero alcohol. 

Además, si al consumo habitual de bebidas alcohólicas le añadimos el de tabaco, se multiplica el riesgo de padecer algunos de estos cánceres entre 10 y 100 veces respecto a las personas que nunca han fumado ni bebido. 

El alcohol forma parte de nuestra cultura, hay que evitarlo

Evitar el consumo de alcohol es un reto, pues forma parte de nuestra cultura. En nuestro entorno hay una gran densidad de bares, y el alcohol es asequible para todos los bolsillos. De hecho, estamos ante la sustancia de abuso más consumida y nuestra cultura ayuda a normalizarlo. Por ejemplo, está presente en nuestras celebraciones, espacios de ocio, etc. 

Es esencial desarrollar estrategias de salud pública para concienciar a la población general sobre la relación que existe entre el alcohol y cáncer, y en especial a la población joven (para quienes la percepción del riesgo es mucho menor), ya que el daño originado sobre la salud se provoca desde el inicio de su consumo y las consecuencias pueden ser fatales para su salud futura.

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