Seis consejos para ser más ecológicos en el trabajo

Trabajar con criterios ecológicos mejora el medio ambiente y la productividad, al mismo tiempo que ahorra dinero
Por Alex Fernández Muerza 24 de mayo de 2012
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Imagen: Samuel Mann

Trabajar de forma ecológica es bueno para el medio ambiente, mejora la productividad y ahorra dinero. A continuación se dan unas recomendaciones sencillas de asumir que conseguirán empresas y trabajadores más “verdes”, sostenibles y competitivos: reducir, reutilizar y reciclar, ahorrar energía y agua, viajar de forma sostenible, teletrabajar, utilizar materiales con certificado ecológico, y trabajar en edificios e instalaciones ecológicas.

1. Reducir, reutilizar y reciclar

Bolígrafos, cartuchos y tóneres de impresora, pilas, vasos y botellas de plástico, etc. contienen diversos compuestos contaminantes para el medio ambiente y la salud. Por ello, conviene utilizar solo los imprescindibles (reducir), ampliar su vida útil y reutilizarlos lo máximo posible (evitar de paso los productos de usar y tirar), y cuando acaben su vida útil, reciclarlos de forma conveniente.

Trabajar de forma ecológica es bueno para el medio ambiente, mejora la productividad y ahorra dinero
Los gestos sencillos y prácticos que se pueden hacer son muy variados: usar el papel por las dos caras; mandar mensajes por Internet e imprimir lo mínimo necesario; rellenar los tóneres y cartuchos de tinta; reutilizar los sobres y cajas; poner papeleras diferenciadas para reciclar papel, plásticos y orgánicos; llevar tazas, vasos, jarras o bidones para evitar recipientes de un solo uso; utilizar pilas recargables o sistemas con paneles solares; actualizar los componentes del ordenador para alargar su vida útil, etc.

2. Ahorrar energía y agua

El consumo energético, además de ser uno de los gastos principales de una empresa, supone un impacto en la naturaleza. Ahorrar energía sin disminuir la capacidad de trabajo es posible y también es bueno para las cuentas de la empresa y el medio ambiente. Las acciones pueden ser muy diversas, como apagar el ordenador (como mínimo la pantalla) u otros equipos si no se utilizan, o ir a pie en vez de utilizar el ascensor. Los electrodomésticos, equipos de oficina, bombillas, etc. de bajo consumo valen algo más que los convencionales, pero al final de su vida útil han supuesto un considerable ahorro de energía y dinero. La iluminación puede suponer hasta el 30% de la factura energética del total de una oficina. Por ello es muy recomendable asumir criterios ecológicos en su uso.

La climatización es mejor utilizarla solo cuando sea necesario, aprovechar antes la regulación natural de la temperatura o vestir de manera cómoda para reducir el uso del aire acondicionado. En cuanto al frío, también se puede combatir de forma ecológica y económica.

Otros consejo son consumir solo el agua imprescindible y arreglar lo antes posible goteos de grifos y cisternas rotas que pueden despilfarrar hasta 30 y 150 litros de agua al día, respectivamente.

3. Viajar de forma sostenible

Los desplazamientos del domicilio al lugar de trabajo son una de las causas más importantes de atascos, ruidos, contaminación, etc. en las ciudades. Por ello, siempre que sea posible, es preferible ir al trabajo a pie, en bicicleta o en transporte público.

Si es necesario el vehículo privado, intentar al menos ir con varios compañeros o con otros trabajadores de la zona, gracias a los sistemas para compartir coche por Internet. Y a la hora de ponerse al volante, se puede gastar menos combusible y emitir menos contaminación gracias a una conducción ecológica.

4. Teletrabajar

Las empresas que pueden incorporar el teletrabajo, ya sea a tiempo completo o en determinados días de la semana, además de reducir costes y mejorar su productividad, también ayudan al medio ambiente. Por su parte, los teletrabajadores pueden ser más ecológicos en su entorno de trabajo y en su forma de realizar sus obligaciones cotidianas.

5. Utilizar materiales con certificado ecológico

A la hora de comprar papel, material de oficina, muebles, etc., conviene fijarse si llevan ecoetiquetas. Por ejemplo, el certificado del Consejo de Administración Forestal (FSC en sus siglas en inglés) garantiza que el papel o la madera se ha elaborado con criterios ecológicos, sostenibles y solidarios. También es importante fijarse si los útiles de trabajo están hecho de materiales reciclados, reciclables, biodegradables, y elegir así estos en vez de otros que no lo sean.

6. Trabajar en edificios e instalaciones ecológicas

La mejora del ambiente de trabajo no es un coste, sino una inversión, porque aumenta la productividad de sus ocupantes. Por ello, cada vez más empresas incorporan criterios de sostenibilidad, como la certificación medioambiental ISO 14001, o la construcción de edificios y oficinas con certificación LEED, Passivhaus, Certificación Verde, etc.

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