La higiene dental en perros en cinco claves

El sarro es uno de los primeros signos de una deficiente salud dental en los canes, por lo que es esencial realizarle una vez a la semana en casa una revisión de la boca
Por Eva San Martín 15 de mayo de 2015
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Cepillar con regularidad los dientes del perro en casa, alimentarle con una dieta equilibrada y dotarle de juguetes que cuiden de su boca son claves esenciales para mantener una buena salud dental del can. Y es que el sarro en estas mascotas no es extraño, y el riesgo de que aparezca crece a medida que cumplen años. A continuación se ofrecen cinco claves para cuidar de los dientes del perro: entre ellas, entender por qué la higiene dental protege su salud, aprender a limpiar los dientes a un can poco amigo de los cepillados y saber qué alimentos y juguetes protegen su dentadura

Imagen: Charlie Stinchcomb

1. Un perro con la boca sana es un perro más feliz

Sin una buena higiene dental canina, aparecerá la placa bacteriana a medida que el perro envejece. Por eso, una adecuada limpieza de dientes es esencial para evitar problemas de mal aliento en el can (halitosis), inflamación y dolor de encías o dificultades para comer.

Pero, ¿sabía usted que un aseo bucal deficiente en el perro puede degenerar incluso en enfermedades más graves que afecten a órganos como el riñón, el corazón o el hígado? La prevención es la mejor arma para que el animal llegue a la vejez con los dientes y las encías sanos.

2. Una limpieza de dientes para cada edad del perro

Como en el caso de las personas, la salud dental en los canes domésticos no ocurre de forma espontánea. Puesto que un animal no es capaz de cepillarse por sí solo los dientes, la higiene bucal del perro es responsabilidad de su dueño, quien debe saber que cada etapa de la vida del can precisa de ciertos cuidados específicos para su boca.

La salud dental tiene que comenzar desde que es un cachorro. La cría de perro de entre dos y tres semanas de edad ya tiene 28 dientes de leche. La dentadura definitiva no tarda en llegar. El can de entre seis y ocho meses tendrá los 42 dientes que le deben acompañar durante toda su vida.

3. El sarro en el perro: primer síntoma de alarma

Las consecuencias de una deficiente higiene bucal aparecen antes de lo que pudiera pensarse: un alto porcentaje de perros tiene problemas dentales a partir de los tres años de edad. El sarro es uno de los primeros síntomas que delatan que no se está realizando de forma adecuada esa higiene.

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Imagen: Alan Turkus

El nada saludable sarro dental en canes es una acumulación de sales, calcio y fósforo sobre la superficie de los dientes. La concentración de estas sustancias es aprovechada por las bacterias presentes en la boca, ya que en ese depósito cae la saliva y los restos de comida que no se retiran con el cepillo de dientes. La comida que el perro ingiere se va acumulando entre los dientes y alrededor de las encías, se endurecerá y aparece el sarro. Este sarro es el hogar perfecto para las bacterias, que irán poco a poco degradando las encías (gingivitis canina) y, como desagradable colofón, lograrán que el can pierda el diente.

La eliminación de este sarro incrustado requiere la intervención del veterinario y hasta sería necesario anestesiar al animal. Pero una buena salud bucal en la mascota evitaría tener que someterle a esta intervención. Por eso es importante hacer una revisión semanal de la boca del perro por parte de sus dueños y una cada seis meses en el veterinario.

4. Cepillar los dientes al perro en casa

Lo mejor es educar al cachorro desde temprana edad, para que el cepillado de sus dientes forme parte de los juegos y cariños que el animal reciba. Cuando la cría ya experimente el hábito de la limpieza bucal como algo normal, se debe realizar una vez por semana.

Es importante hacer una revisión semanal de la boca del perro por parte de sus dueños y una cada seis meses en el veterinario

Una vez conseguido esto, hay que ser constantes y mantener la costumbre del cepillado. En un primer momento, puede usarse un cepillo sin pasta, o incluso comenzar frotando los dientes solo con el dedo, hasta que el can lo acepte. «Las cerdas del cepillo del perro deben ser suaves, con extremos redondeados, rectas y dispuestas en múltiples grupos. Además, el tamaño de la cabeza del cepillo será acorde al tamaño del can», apunta José Enrique Zaldívar, veterinario y autor de Blog Veterinario.

«No se deben usar pastas dentales humanas que le provocaran problemas digestivos, por el exceso de flúor, ni sal, ni bicarbonato», aconseja Zaldívar. El alto contenido en flúor del dentífrico para personas puede resultar tóxico al perro, ya que puede originarle una salivación anormalmente abundante, dolores abdominales, vómitos y diarreas.

Esto explica que sea muy importante que los productos que se empleen para la higiene bucal de la mascota sean específicos para ellos. Existe una enorme cantidad de artículos de higiene dental canina: desde cepillos especiales para masajear sus encías hasta pasta de dientes con sabor a pollo.

5. Alimentos que cuidan los dientes del perro

Optar por la dieta seca de tamaño apropiado (croquetas de pienso), en lugar de alimentar al perro con comida enlatada a diario, es otro favor que se puede hacer a su dentadura. El frotamiento que producen las bolas de pienso contra los dientes ayuda a prevenir la formación de sarro y placa bacteriana. Pero ese gesto no es, por supuesto, ningún sustitutivo de una buena higiene bucal.

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Imagen: donjd2

Además, se puede ofrecer al can otros productos específicos para una buena higiene bucal. Es el caso de algunos aperitivos con forma de hueso y juguetes fabricados con caucho natural o nailon, perfectos para limpiar sus dientes y que, a la vez, masajean las encías del animal mientras que desprenden algún sabor agradable. Estos pequeños comestibles y objetos de juego se pueden usar también como premios, con lo que se suprimirían otras golosinas que contribuyen a crear sarro en los dientes de la mascota.

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