El consumo de antioxidantes, una de las mejores estrategias para proteger la piel del sol

Los betacarotenos, las vitaminas A, C y E y los polifenoles del té verde frenan la acción de los radicales libres
Por EROSKI Consumer 17 de agosto de 2003

El consumo de antioxidantes procedentes de frutas y verduras es una de las mejores estrategias para proteger la piel del sol tan intenso que ha hecho estos días, según Jesús del Pino, jefe del servicio de Dermatología del hospital de la Cruz Roja de Madrid. «Los betacarotenos, las vitaminas A, C y E y los polifenoles del té verde ejercen una acción antioxidante frente a los radicales libres provocados por los rayos ultravioleta del sol», explica este especialista. Los radicales libres son moléculas que han perdido un electrón y que oxidan las células, con lo que acortan su vida y pueden incluso favorecer su degeneración provocando la aparición de tumores. No es posible evitar su producción, ya que son consecuencia de nuestra respiración celular, «pero sí podemos tratar de contrarrestarlos con antioxidantes como el betacaroteno», añade.

El betacaroteno es un precursor de la vitamina A que se encuentra presente en muchas frutas y verduras, como la zanahoria y la calabaza, y ejerce un doble efecto, ya que protege la piel al inhibir la acción de los rayos ultravioleta, y, por otro lado, le otorga un color similar al bronceado. «Esta coloración se debe a que en parte son eliminados a través de la piel», destaca Teresa Ortega, profesora de Farmacología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense. Esta coloración se extiende de manera más uniforme y duradera que si se aplican sobre la piel cremas bronceadoras pero, en cualquier caso, es necesario seguir el consejo del médico para su administración.

Respecto a los polifenoles del té verde, dos recientes estudios, publicados en las revistas «International Journal of Cancer» y «Oncogene», coinciden en subrayar la acción del té verde contra los efectos adversos de la radiación ultravioleta.

Otras plantas que contribuyen a prevenir los daños que la piel sufre por la acción de los rayos solares son los aceites de borraja y onagra. «Ayudan a mantener la elasticidad de la epidermis y a prevenir la aparición de arrugas», subraya la profesora Teresa Ortega. Después de tomar baños solares, pueden utilizarse preparados que contengan aloe vera y caléndula, de gran poder hidratante, suavizante y cicatrizante.

Otras medidas generales de protección frente al efecto nocivo de las radiaciones solares, que recomiendan los expertos son: no tomar el sol entre las 12 del mediodía y las 4 de la tarde; proteger especialmente la piel de niños y adolescentes; evitar el efecto acumulativo del sol y buscar la protección de la sombra natural de árboles y edificios. Estas medidas se complementan con otros accesorios, como gafas oscuras y sombreros anchos que, además de la cara, protejan orejas y cuello.

Los expertos también recomiendan utilizar con frecuencia cremas y lociones protectoras con un factor de protección 15 como mínimo. En este sentido, hay que escoger productos resistentes al agua, probados dermatológicamente y que contengan filtros físicos y químicos que protejan de los rayos ultravioletas A y B. Las cremas protectoras deben aplicarse sobre la piel seca 20 ó 30 minutos antes de la exposición solar y renovarlas cada 2 horas.

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