La dieta en el tratamiento de la obesidad

La intervención dietética es fundamental en el tratamiento de la obesidad...
Por EROSKI Consumer 2 de agosto de 2001

La obesidad es una enfermedad que puede definirse como el incremento del peso corporal por encima de un 15% de su valor considerado normal, debido a un aumento de la grasa corporal.

Existe un parámetro que permite definir de forma sencilla la existencia de obesidad, el Indice de Masa Corporal (IMC):IMC (Kg/m2) = Peso real / Talla x Talla* Peso en Kg * Talla en metros

Es portadora de obesidad toda aquella persona con un Indice de Masa Corporal (IMC) igual o mayor a 30 Kg/m2. El Indice de Masa Corporal (IMC) sirve además para clasificar los distintos grados de obesidad: * IMC 30-40 Kg/m2, obesidad moderada * IMC > 40 Kg/m2, obesidad extrema.

En España la prevalencia de la obesidad, según un estudio dirigido por Javier Aranceta y colaboradores en 1995, fue del 13,4% en varones y mujeres con edades comprendidas entre los 25-60 años. Lo que resulta mas preocupante es el hecho de que va en aumento. Otro aspecto importante, desde el punto de vista de la morbilidad (mayor riesgo de enfermedad) y mortalidad, es el hecho de que las personas con un IMC superior a 30, tienen un mayor riesgo de padecer diabetes (el exceso de peso provoca una resistencia ante la insulina y puede producirse por tanto una intolerancia hidrocarbonada, aunque no todos los obesos son diabéticos y viceversa), hipertensión arterial (al aumentar la masa corporal, el corazón debe bombear más sangre, por lo cual se produce un incremento en los valores de presión arterial), hiperuricemia y gota (la sobreingesta de alimentos ricos en proteínas provoca un aumento en la síntesis de ácido úrico, más aún si existe intolerancia a la glucosa), colelitiasis, hiperlipemia (niveles altos de colesterol y triglicéridos en sangre, asociados a otros factores de riesgo y no sólo a la obesidad), enfermedades respiratorias (apnea, ronquidos…), problemas digestivos, problemas en la deambulación, artrosis en cadera y rodillas (coxartrosis y gonartrosis), problemas psicológicos y sociales (debido a los patrones de belleza actuales y al rechazo generalizado de la obesidad en la sociedad) y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo a la hora de considerar el riesgo cardiovascular, no solo resulta importante la consideración del IMC, sino también la distribución de la grasa en el organismo. Está demostrado que la distribución abdominal de la grasa es un marcador del riesgo cardiovascular mas sensible que el propio IMC. Una relación o índice cintura/cadera (medidos a nivel umbilical y de cadera, respectivamente) superior a 0,95 en el varón y a 0,80 en la mujer, se asocia con un aumento en el riesgo cardiovascular y de Diabetes Mellitus.

Las causas más comunes de obesidad son en primer lugar la sobreingesta de alimentos y energía, y en menor proporción: los trastornos endocrino metabólicos (enfermedad de Cushing, Hipotiroidismo, etc.), ciertos trastornos psicológicos (Bulimia nerviosa), la yatrogenia (ligada al consumo de ciertos medicamentos como los corticoides, etc.) y, en obesidades extremas, los factores genéticos (linea de investigación actual). Con toda probabilidad una de las tareas que quedan por desarrollar es la preventiva a nivel de cada uno de los países. Son recomendaciones generales que se deben hacer a la población general desde las escuelas, medios de información, instituciones sanitarias, etc… Abarcan toda una serie de indicaciones que deben ser asumidas por la población general (disminución del consumo de grasas saturadas, aumento en el consumo de fibra, moderación en la ingesta de azúcar, alcohol y sal, etc.) El segundo planteamiento deberá ser realizado a nivel individual, teniendo siempre presente que la obesidad es una enfermedad crónica y que deberá ser tratada como tal. Para el éxito del tratamiento, dependiendo de cada caso, puede ser necesario contar con la colaboración del Médico de familia, Dietista, Especialista en Endocrinología, Psicólogos, etc., pero es preciso señalar de forma inequívoca que el tratamiento inicial de la obesidad deberá correr a cargo del Médico de familia y de un Dietista.

Tratamiento: Viene dado en función del tipo de obesidad y su etiología (Por ej: en caso de hipotiroidismo será imprescindible un tratamiento hormonal, además del cuidado de la alimentación). Son tan diversos los factores que desencadenan y afectan al tratamiento de la obesidad que resulta imprescindible realizar un enfoque multidisciplinar a la hora de instaurar el tratamiento más adecuado: médico (para identificar la causa y valorar un posible tratamiento farmacológico o quirúrgico en grados extremos), dietético (reducir las calorías de la dieta cotidiana de la persona obesa y modificar los hábitos alimentarios erróneos mediante Educación Nutricional), psicológico (control de la ansiedad y análisis del comportamiento alimentario). Así mismo se ha de recomendar la práctica de ejercicio para contribuir a aumentar el gasto calórico.

Características de la dieta hipocalórica: · Debe ser individualizada, variada y equilibrada, limitando los alimentos más calóricos y los que aportan calorías vacías (bebidas refrescantes, golosinas, snacks, etc.) · Debe cubrir los requerimiento mínimos de energía y nutrientes de la persona (las dietas que están por debajo de las 1.200 Kcal, elaboradas en base a alimentos comunes, resultan nutricionalmente incompletas y en tratamientos de media-larga duración es conveniente recurrir a suplementos poliminerovitamínicos para evitar cualquier carencia nutritiva) · La reducción calórica al inicio del tratamiento en obesidades de grado leve no debe superar el 30-40 % de la ingesta calórica habitual de la persona. Por ej: si una persona consume 3000 Kcal/día, la pauta inicial será de aprox. 1800-2000 Kcal/día. Se debe realizar un descenso progresivo de las calorías de la dieta; dieta aceptable y flexible. · Modificación de hábitos alimentarios erróneos= mantenimiento de la pérdida de peso a largo plazo. Resulta imprescindible realizar este planteamiento en aquellas personas después de la pérdida de peso inicial, con objeto de mantener el peso perdido, ya que un porcentaje muy elevado de personas recupera al año el peso perdido. Para ello se requiere un estrecho contacto con la persona, tanto a nivel individual como de grupo, además de contar con un equipo de profesionales (Médico de familia, Dietista, etc.) especialmente adiestrados en este tipo de tratamientos.

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