La OCU alerta sobre las dietas que hacen perder kilos a gran velocidad

Las denomina "dietas yoyó" porque se recupera el peso perdido de forma tan rápida como perjudicial
Por EROSKI Consumer 5 de agosto de 2003

La Organización de Consumidores y Usurarios (OCU) ha publicado un informe en el que alerta sobre todos aquellos regímenes de adelgazamiento que hacen perder agua y masa muscular a un ritmo vertiginoso. Aparte de desequilibrados, estos planes de comida hacen recuperar el peso perdido de forma tan rápida como perjudicial, asegura la OCU.

«Hay que desconfiar de ese tipo de dietas que prescinden del asesoramiento médico, que prometen adelgazar sin tasa y que arrasan en Estados Unidos porque están avaladas por actores de moda», señala.

Una «dieta yoyó», la que ocasiona altibajos bruscos en el peso, no sólo es ineficaz, sino que comporta daños a medio y largo plazo, aparte de que incrementa los riesgos para la salud cardiovascular. «Lo mejor para adelgazar es proponerse objetivos modestos y huir de dietas que se apoyen en el nombre de algunas clínicas prestigiosas que, por lo general, no tienen nada que ver con el régimen en cuestión», recomienda la OCU.

Una de las más peligrosas es la llamada «dieta Atkins», patrocinada por un cardiólogo que pregona la supresión de los carbohidratos y del azúcar. Según explica la organización de consumidores, «los pacientes adelgazan al principio. Eliminan la ingesta de glúcidos (pan, patatas, pastas, legumbres, fruta y arroz) y lácteos. En cambio pueden tomar todas las proteínas y grasas que quieran: embutidos, carnes, salsas… Al suprimir los hidratos de carbono, el cuerpo pierde agua y, cuando agota las reservas de energía, recurre a los depósitos de grasa del organismo. A la larga, este mecanismo de acción produce aumento de los lípidos en la sangre y, por consiguiente, eleva el riesgo cardiovascular. Además, altera el ácido úrico y produce arritmias, dificultades respiratorias y ocasiona carencias vitamínicas importantes».

La OCU también advierte sobre las dietas depurativas, basadas en el ayuno para limpiar el organismo y de este manera perder kilos. «Cuando se abandona este tipo de dieta, se recupera el peso perdido». Dentro de estos regímenes se inscriben la dieta de la manzana, del pomelo, del jarabe de arce o la de sirope de savia. Todas ellas se caracterizan por ser incompatibles con una actividad física normal y dan lugar a carencias nutritivas. Según el informe de la OCU, sólo las podría seguir «alguien que estuviera muy sano y se quedara en casa en reposo, pero nadie que sufriera el más mínimo trastorno en su salud».

El tercer grupo de planes de comida criticado por la OCU es el de las dietas disociadas, entre las cuales destaca la de Montignac. Se trata de un régimen que impide la mezcla de grasas y glúcidos. «Montignac combina verdades y mentiras y aboca al riesgo de ingerir demasiadas grasas o hidratos de carbono según los casos», concluye el informe.

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