La sofocante ola de calor de las última semanas, con temperaturas que superan los 40 grados en la mayor parte de las comunidades autónomas, ha provocado un adelanto de la vendimia en la mayor parte del país y una previsible reducción en la producción.
Las altas temperaturas van a tener un efecto inmediato en la próxima campaña de vendimia en Castilla-La Mancha, que concentra más del 50% de la producción anual de vino de España. La recogida de la uva tendrá que adelantarse porque el fruto ya está maduro, con lo que será posible ver vendimiadores en pleno mes de agosto. El calor también va a provocar un descenso de esta producción, que en la campaña de 2002 alcanzó la cifra de 19 millones de hectolitros, un dato que ha empujado a algunas organizaciones agrarias a advertir de que los precios de la uva deberán mantenerse o subir.
Según ASAJA, sus previsiones auguran que la producción final rondará los 17 millones de hectolitros. En Extremadura, el presidente de APAG, Bibiano Serrano, señaló ayer que su organización cifra en unos 30 millones de euros lo que van a dejar de ingresar los agricultores en la cosecha de uva por el daño causado por el calor.
Pero la ola de calor no ha afectado por igual a las regiones productoras. Así, los viñedos de Castilla y León y La Rioja están sufriendo en menor medida los efectos de las altas temperaturas.
Este bochorno, además, está produciendo pérdidas significativas en las explotaciones agrícolas y ganaderas, según las organizaciones y cámaras agrarias. La remolacha podría sufrir un bajón de producción del 20% y se estiman también mermas significativas en el sector del cereal.
La producción de leche ha bajado al menos el 10% desde que comenzó la ola de calor. Asimismo, en el sector avícola se están produciendo fallecimientos masivos de pollos en las granjas.
