La ola de calor tendrá efectos enormemente perjudiciales en los principales cultivos de la Unión Europea (UE). Científicos del «Joint Research Centre», el centro de investigación dependiente de la Comisión Europea, han analizado con modelos matemáticos los datos e imágenes obtenidas con satélites para pronosticar los efectos en los campos de la prolongada sequía y el asfixiante calor. Las predicciones son pesimistas, ya que se vaticina un importante descenso de la producción agrícola, especialmente en el sur y centro de Europa. Esta disminución previsible en toda la UE oscila entre el 2% en la producción de patata y el 25% en la de girasoles. En el caso de los cereales, se calcula que este año se recogerán 10 millones de toneladas menos que en las campañas anteriores.
Los científicos del «Joint Research Centre» precisan que la ola de calor iniciada en junio adelantó entre diez y veinte días la fase de maduración de los cultivos, que en el caso de los cereales se encontraban además bajo condiciones inadecuadas en los suelos. La subida drástica de los termómetros provocó también un notable incremento del consumo de agua para riego, lo que sumado a falta de lluvia durante este inusual estío, originó una acusada disminución de las reservas de agua. Desde abril, el balance entre el agua aportada por precipitaciones de lluvia y las que necesitan los cultivos mostraba un significativo déficit en todos los países de la UE, excepto en Dinamarca, Finlandia, Suecia, Irlanda y Reino Unido.
El modelo de predicción que este centro científico emplea, con sucesivas mejoras desde 1988, indica que la producción de trigo en la UE será este año un 6,6% menor que en 2002. Los países más perjudicados son Francia, Alemania, Italia y Portugal, con descensos del 9, 7, 12 y 15%, respectivamente, con relación a sus cosechas habituales.
En los campos europeos de maíz, la caída es más acentuada, ya que desciende un 10,1% respecto al pasado año. Menor, aunque también apreciable, es el recorte pronosticado en la producción de soja: un 4,2% menos que en 2002. No obstante, esa cifra ascenderá al 10 y 11% en Alemania y Francia, por las heladas sufridas a finales de abril durante el periodo de floración y por la ausencia de lluvias en la fase de maduración.
Malas perspectivas se apuntan también para los cultivadores de remolacha. La producción será un 7,2% inferior a la de la campaña previa por culpa de la persistente sequía. Las áreas próximas al Canal de la Mancha y el Mar del Norte serán las menos afectadas.
Pero la principal víctima de esta meteorología extrema en los campos europeos será sin duda el girasol, cuya producción descenderá en 2003 un 25% con respecto al año anterior. Los países más castigados en este caso son Italia y España.
A todos esos negativos pronósticos científicos hay que sumar los daños ocasionados en los pastos para el ganado, lo que ha afectado a todos los países de la Unión Europea, pero especialmente a Francia, España e Italia.
