La UE aprueba el uso alimentario de dos nuevos edulcorantes

La Eurocámara propone reducir los límites de ciclamatos en bebidas a base de agua
Por EROSKI Consumer 3 de abril de 2003

La Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Política del Consumidor de la Unión Europea (UE) ha autorizado el uso alimentario de dos nuevos edulcorantes, la sucralosa y la sal de aspartamo y acesulfamo, que ya se emplean en otros países como Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia. Además, el Parlamento Europeo ha propuesto reducir los límites de ciclamatos, un edulcorante artificial, en bebidas a base de agua.

«La autorización de los dos nuevos edulcorantes exige que en un plazo de tres años se revisen las condiciones de uso de estas sustancias teniendo en cuenta las repercusiones en la salud infantil», señaló la ponente de la Comisión, Anne Ferreira. Tanto la sucralosa como la sal de aspartamo y acesulfamo ya fueron autorizados por el Comité Científico de la Alimentación Humana en 2000.

La sucralosa, un edulcorante intenso fabricado mediante la cloración controlada de sacarosa, es entre 500 y 600 veces más dulce que el azúcar y es utilizado en la elaboración de refrescos, postres y dulces.

La sal de aspartamo y acesulfamo, por su parte, es un edulcorante intenso que se fabrica a partir de estas dos sustancias reemplazando por aspartamo el ión de potasio del acesulfamo K. Este aditivo es utilizado en la elaboración de los chicles sin azúcar porque prolonga el efecto edulcorante.

En cuanto a los límites máximos de edulcorantes en bebidas, el Parlamento Europeo propone una reducción de ciclamatos en todas aquellas a base de agua. En un principio, la Comisión Europea estableció un tope de 350 miligramos por litro (mg/l). La propuesta propone ahora un tope de 250 mg/l. Esta medida deberá extenderse también a las bebidas a base de leche o zumos de frutas, productos que no contemplaba la propuesta inicial.

La legislación actual establece una dosis máxima de 400 mg/l de ciclamatos para bebidas aromatizadas a base de agua, enmienda que el Parlamento propone que se modifique, junto con la que incluye la categoría «productos de panadería fina destinados a la alimentación especial». En este sentido, la Eurocámara insta a sustituir esta denominación por la de «productos de panadería fina, de valor energético reducido o sin azúcares añadidos».

Además, Ferreira propone incluir en el etiquetado de las bebidas que contengan este edulcorante advertencias sobre los posibles riesgos para la salud humana. Todas estas medidas podrían empezar a aplicarse en un periodo máximo de 12 meses.

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