El presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Panadería, (CEOPAN), Emilio Madrid Jorreto, ha manifestado que el sector vive una crisis económica derivada, en parte, del poco consumo de pan y de las fuertes inversiones en modernización de las empresas dedicadas a su elaboración. El objetivo de la confederación es que se recuperen los índices de consumo de 1972, una media de 80 kilogramos por habitante al año. Actualmente el nivel en España es de 58 y registra un ligero incremento desde el año 1992.
CEOPAN pondrá en marcha una iniciativa que consiste en recuperar hasta un total de quince panes tradicionales de diversos puntos de España y adaptarlos a las nuevas tecnologías de fabricación ya que, según Madrid Jorreto, esta en la única forma de garantizar el futuro del sector. Los productos que se recuperarán son la bolla gallega, la pataqueta (Valencia), el pan de Cachos (Córdoba), el pan de Campoo (Palencia), el pan de Riñón y el Llonguet (Cataluña); la barra de la Sierra madrileña; la albardilla y el pan de campiña (Andalucía); el pan serrano (Huelva); el pan molinero (Jaén y Córdoba); el pan de rizo y oreja (Guadalajara); el pan de trigo duro (Levante); el pan bendito (Albacete) y el lechuguino (Valladolid y Palencia).
Además, para fomentar la calidad del producto, se desarrollarán actividades de formación entre los panaderos para que empleen las nuevas tecnologías. La confederación posee actualmente 30 escuelas en España por las que pasan alrededor de 4.000 alumnos al año. Como ejemplo de adaptación a las demandas del mercado, Madrid Jorreto señaló que aunque inicialmente el pan de molde sólo lo fabricaban las grandes industrias actualmente éstas se reparten con el pequeño panadero la cuota de mercado.
