Una campaña puesta en marcha por la Asociación Europea para la Protección de las Plantas (ECPA) señala que la presencia de residuos de productos químicos en los alimentos no entraña riesgos para la salud. La campaña está dirigida a las organizaciones que representan a los diferentes sectores de la cadena alimentaria (agricultores, fabricantes o distribuidores) a un nivel comunitario.
La ECPA trata de difundir que el uso agrícola de fitosanitarios (insecticidas, plaguicidas o fungicidas) no implica que los restos que permanecen en los alimentos sean perjudiciales para el consumidor, ya que los índices son los permitidos por la Unión Europea.
Según los responsables de la ECPA, una persona de 68 kilogramos de peso tendría que comer 3.000 unidades de lechuga al día durante toda su vida para superar el nivel de residuos de ciertos productos que se ha comprobado que no afecta a animales de laboratorio.
La campaña dispone de una página web ( www.ecpa.be/Field2Fork ) en la se explica todo sobre los restos químicos en los alimentos y términos como los LMR (límites máximos de residuos) permitidos legalmente en alimentos. Las industrias quieren dar a conocer que por encima de los LMR hay varios niveles de cantidades de fitosanitarios en los que se incrementan los riesgos.
Cuando un residuo supera el LMR, existe un segundo margen, el de índice aceptable al día durante una vida sin riesgos para la salud (Adi, en inglés); una tercera fase sería una concentración a un nivel que no tiene efectos adversos observables (Noael). Sólo si supera este tercer índice, puede suponer un riesgo para la salud humana.
Según han señalado los responsables de la ECPA, las industrias, junto con los agricultores y las empresas alimentarias, trabajan para potenciar la utilización correcta de los fitosanitarios, con el fin de minimizar sus residuos en los alimentos. La ECPA aglutina a entidades nacionales de fabricantes de fitosanitarios de los 25 países comunitarios como la española AEPLA.
