Mi bebé babea mucho, ¿qué le pasa?

El babeo sucede por una producción excesiva de saliva o porque el peque es incapaz de tragarla. Conoce la razón de esta hipersalivación, qué puedes hacer para reducirla y cuándo es un verdadero problema
Por María Huidobro González 27 de diciembre de 2023
mi bebé babea mucho
Imagen: Hermes Rivera
En principio, no debes asustarte si notas que tu bebé de dos o tres meses babea mucho. Tampoco si ya ha cumplido 15-18 meses y todavía hace burbujas con su saliva. Es normal. Pero no olvides prestar atención a las babas de tu hijo, ya que si, además, en el peque se presentan otros síntomas, quizá debas comentárselo a su pediatra. Te contamos por qué babean los bebés y cuándo debes preocuparte.

Qué es el babeo

El babeo consiste en la salida involuntaria de la saliva por la boca más allá del margen del labio. El también conocido en el argot médico como sialorrea o hipersalivación es muy frecuente que ocurra en los bebés lactantes y niños pequeños. ¿Cuándo deja de babear un bebé? Suele remitir a los 18 meses, aunque en ocasiones también se da en bebés de hasta tres años.

Por lo general, el babeo sucede por una producción excesiva de saliva o porque la persona es incapaz de tragar o contener esta secreción. Y es que los humanos estamos continuamente generando saliva, en torno a uno o dos litros al día, pero nos la tragamos sin reparar en ello: cada minuto al menos una vez la hacemos desaparecer de nuestra boca.

Por su parte, un niño produce también entre 1-1,5 litros de saliva cada día. Entre las funciones de la saliva más destacadas en los bebés, tal y como explica la Academia Americana de Pediatría (AAP), están las siguientes:

  • Mantiene húmeda la boca.
  • Protege los dientes del bebé.
  • Facilita la acción de tragar.
  • Humedece y ablanda los alimentos sólidos que toma con la alimentación complementaria.
  • Limpia o se deshace de los restos de alimentos.

Pero cuando aún el niño es muy pequeño, el reflejo de la deglución (tragar) es bastante inmaduro, por lo que no lo realiza de manera eficaz y expulsa el exceso de saliva por la boca, es decir, babea a menudo.

Por qué babean los niños

mi bebé babea mucho
Imagen: MagicH

Esta secreción en bebés suele relacionarse con la aparición de los dientes de leche. De hecho, el incremento de la saliva es un síntoma asociado a la erupción dentaria, como también lo es la irritabilidad o la mucosidad nasal. Pero esto no ocurre hasta los seis meses.

A los cuatro meses de vida, empieza a funcionar la glándula parótida, que es la que mayor cantidad de saliva fabrica. Pero los peques no saben todavía como tragar el exceso que se produce.

Así que es más que probable que el peque babee mucho, y no se deba a los dientes. Hay otras causas:

  • Si el babeo aparece de repente y el bebé tiene fiebre, o no, puede que sufra una infección de la boca o de la garganta.
  • Respirar por la boca también hace que se fabrique más saliva y, por tanto, babee más.
  • Si sigue babeando más allá de los cuatro años, puede que tenga algún problema de retraso mental o parálisis cerebral (tono muscular bajo).
  • Más raro puede ser que por medicamentos, asfixia, atragantamiento, reflujo o convulsiones el peque babee. Pero también puede ser un motivo, y, de hecho, una buena razón para acudir a urgencias pediátricas.

Qué hacer cuando un bebé babea mucho

El babeo en sí no produce nada grave. Como señalan los expertos de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, puede que cause en el bebé alguna irritación en la cara o el cuello, como consecuencia de la humedad, y necesite algún tratamiento específico. Consulta con el pediatra.

De todas formas, para evitar ese problema, puedes hacer lo siguiente:

  • Seca las babas de la cara con frecuencia. Hazlo con toquecitos y avisando al peque para que sea consciente, y mejor a toquecitos que restregando. 
  • Usa baberos para evitar que se le moje la ropa y, por tanto, tenga húmeda la zona del pecho. 
  • Fíjate en cómo tiene los pliegues de la barbilla y el cuello para evitar que la humedad produzca hongos. 

✔️ Qué puedo hacer para que mi bebé deje de babear tanto

Todo dependerá de la edad. Lo fundamental es que aprenda a tragar la saliva y se acuerde de hacerlo cuando es más necesario.

Así que si es aún muy pequeño, los expertos recomiendan usar lo menos posible el chupete y, en cuanto puedas, intenta que beba con vaso (o con pajita) y deje el biberón.

Para los más mayorcitos, los especialistas aconsejan que hagan ejercicios y juegos que refuercen la movilidad y la musculatura de la boca: hacer pompas, soplar dientes de león…. Pueden servirte los que incluimos en el artículo ‘Cómo enseñar a tu hijo a sonarse la nariz‘.

Mi bebé babea mucho
Imagen: Keira Burton

Cuándo hay que preocuparse

No dudes en hablar con el especialista, si crees tu hijo puede sentir cierta vergüenza social al tener que estar secándose la baba a menudo o cambiándose de ropa con frecuencia. Tampoco si con 18-24 meses ya sabe deglutir correctamente, y todavía babea en exceso; podría tener frenillo lingual.

Pero, sobre todo, ten en cuenta que hay otras ocasiones en las que un bebé babea y debe ir sin falta al pediatra o a urgencias, como apuntan los especialistas de la AAP.

👉 Para ir al pediatra

Estos son los síntomas que deben alertarte y que necesitan de consulta médica:

  • Tiene fiebre, presenta dolor de cabeza o de garganta, ha perdido el apetito y siente dolor al tragar. Puede que tenga infección de garganta o boca, infección por estreptococo o amigdalitis.
  • Tiene manchas o úlceras muy dolorosas dentro de la boca. Puede consistir en una infección viral de la lengua y las encías o, quizás, herpes.

👉 Para ir a urgencias

Si el bebé babea mucho y se dan estos otros síntomas, llama al 112 o acude a las urgencias hospitalarias:

  • Le cuesta respirar y lo hace con la boca abierta. Es probable que sufra una epiglotis, que es la inflamación del cartílago que impide que los alimentos y líquidos entren por la tráquea. No suele suceder gracias a la vacuna Hib (Haemophilus influenzae tipo B, que se administra en el calendario de inmunizaciones con 2, 4 y 11 meses).
  • Su cara empieza a tener un color azulado, hace ruidos cortos y fuertes mientras tose. Se está ahogando. Haz la maniobra de Heimlich o, si hay parada, la RCP.
  • Se desmaya o pierde el conocimiento, sus extremidades y músculos empiezan a sacudirse y no los puede controlar. Está teniendo una convulsión. No le dejes solo y quita todo lo que cerca suyo pueda lesionarle.
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