Cinco preguntas sobre los loquios después del parto

Los loquios son pérdidas vaginales que se producen tras el parto debido a la herida que deja la placenta en el útero
Por Marta Vázquez-Reina 12 de marzo de 2012
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Imagen: Mark Wilkie

Los loquios son uno de los síntomas que experimentan todas las mujeres después del parto, con independencia de si ha sido vaginal o por cesárea. Reciben este nombre las secreciones vaginales que se producen durante el puerperio y que, según la Organización Mundial de la Salud, pueden tener una duración de entre tres y seis semanas. La cantidad, el olor y el color de los loquios son indicadores que ayudan a detectar una posible anomalía en la recuperación posparto.

1. ¿Qué son los loquios?

Este término se refiere a las pérdidas vaginales sanguinolentas -compuestas de sangre residual, mucosidad y tejido del útero- que ocurren de forma habitual tras dar a luz, debido a la herida que deja la placenta en la cavidad uterina. Durante los primeros, días las pérdidas pueden ser tan intensas como durante el periodo menstrual, aunque la cantidad de flujo varía en función de cada mujer.

2. ¿Cuánto duran los loquios después del parto?

Según el ‘Tratado de Ginecología’ del doctor José Botella Llusía, uno de los más reconocidos y prestigiosos ginecólogos de nuestro país, los loquios duran aproximadamente dos semanas, aunque en algunos casos, se pueden prolongar hasta seis. Un estudio realizado en 1999 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece el rango de duración de los loquios entre 22 y 34 días, aunque en el 20% de los casos se alarga alrededor de 40 días.

3. ¿Cómo evolucionan?

Las características de los loquios difieren en función del momento del puerperio en que se producen e indican la evolución de la cicatrización del lecho placentario:

  • Loquios rojos: ocurren en los 2 o 3 primeros días después del parto. Tienen el aspecto de sangre roja y puede incluir la expulsión de algunos coágulos.
  • Loquios sanguinolentos: entre el 3º y el 5º día después del parto, los loquios se vuelven más rojizos y «sanguinolentos». Adquieren un tono más oscuro y una consistencia más espesa.
  • Loquios blancos: a partir del 4º o 5º día, los loquios adquieren un color blanquecino y cremoso, y están compuestos casi exclusivamente de pus.

4. ¿Hay que tratarlos?

Los loquios no requieren ningún tipo de tratamiento, ya que forman parte del proceso natural del puerperio de todas las mujeres. Se recomienda el uso desde el primer momento de compresas higiénicas y no es aconsejable el uso de tampones. La lactancia materna, que favorece que el útero se contraiga hasta adquirir su tamaño normal, es uno de los factores que pueden ayudar a reducir el flujo de los loquios.

5. ¿Cuándo hay que preocuparse?

Los loquios son uno de los aspectos que se deben vigilar durante el puerperio, ya que distintos signos en ellos pueden advertir de algún posible riesgo o problema en la recuperación de la mujer. Las principales señales de alerta que indican que es preciso acudir al especialista son las relacionadas con la cantidad, el color y el olor del flujo:

  • Persistencia del color rojizo en el flujo durante más de dos semanas: puede indicar que la cicatrización no evoluciona de forma favorable o que se han retenido restos de placenta.
  • Olor demasiado intenso y fétido del flujo: puede evidenciar una posible infección uterina.
  • Hemorragia demasiado intensa: el criterio estándar considera una pérdida de sangre excesiva cuando se empapa más de una compresa por hora.
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