¿Cómo protegerse de la contaminación de la ciudad durante el embarazo?

La exposición a los contaminantes de la atmósfera en la gestación aumenta el riesgo de dar a luz a un bebé con bajo peso
Por Marta Vázquez-Reina 16 de enero de 2014
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Imagen: Esparta Palma

La contaminación atmosférica de las ciudades constituye un importante riesgo para la salud de las personas. Pero, ¿puede afectar también al bebé dentro del útero materno? Las investigaciones científicas demuestran que los niños son especialmente vulnerables a la exposición a contaminantes durante su desarrollo fetal y que la polución implica una gran variedad de efectos adversos en su salud, entre ellos, el bajo peso al nacer. En este artículo se explican los riesgos de la contaminación atmosférica durante el embarazo y medidas que ayudan a limitar la exposición a esta peligrosa concentración en este periodo.

Embarazo y riesgos de la contaminación atmosférica

Los futuros bebés son especialmente vulnerables a la contaminación durante el embarazo
El transporte y el tráfico, la industria, las calefacciones y las centrales térmicas son origen de la emisión de numerosos contaminantes atmosféricos perjudiciales, tanto para el medio ambiente como para la salud humana. Aunque en las últimas décadas la calidad del aire ha mejorado a nivel global, en Europa «las concentraciones de contaminantes atmosféricos son aún muy elevadas«, tal como señala la Agencia Europea de Medio Ambiente.

El último informe de este organismo sobre la calidad del aire revela que en torno al «90% de la población urbana europea está expuesta a concentraciones de alguno de los contaminantes atmosféricos más perjudiciales y nocivos para la salud».

Un grupo especialmente vulnerable lo constituye el de las mujeres embarazadas. No solo por los efectos adversos que los contaminantes pueden tener en su salud, sino porque, tal como recogen numerosas investigaciones, los contaminantes a los que se expone la gestante tienen también un importante impacto en el bienestar y desarrollo del bebé que crece dentro del útero materno.

¿Cómo afecta la contaminación al bebé en el embarazo?

«Los niños durante su desarrollo fetal son especialmente vulnerables a la exposición a diferentes contaminantes», explica Marieta Fernández, investigadora del Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp). La madre se convierte, de este modo, en la transmisora de estas sustancias perjudiciales a su hijo durante la gestación.

Los bebés que han sido expuestos a altas concentraciones de contaminantes durante el embarazo tienen más riesgo de nacer con bajo peso

Según esta especialista, la contaminación del aire se asocia a una gran variedad de efectos adversos en la salud de la población infantil, como «afecciones infantiles respiratorias, partos prematuros, alteraciones del desarrollo neurocognitivo e, incluso, cáncer«, apunta Fernández.

Otro de los efectos negativos de la contaminación en el bebé es que incrementa de forma significativa el riesgo de bajo peso al nacer. Así lo ha demostrado el mayor estudio que se ha realizado en Europa sobre este aspecto, publicado en ‘The Lancet Respiratory Medicine‘.

Fernández ha sido miembro del equipo investigador español participante en este proyecto, que ha combinado datos de 12 países europeos. Esta científica apunta que «el resultado principal del trabajo es que la exposición a partículas finas contaminantes, a unos niveles inferiores incluso al límite estimado como saludable por la UE, aumenta en un 18% el riesgo de que los bebés tengan bajo peso al nacer».

Tres consejos para protegerse contra la contaminación durante el embarazo

Las autoridades públicas y sanitarias proponen a los grupos de mayor riesgo a la contaminación atmosférica una serie de medidas adecuadas para obtener una mayor protección frente a los agentes externo o internos contaminantes.

  • Evitar la exposición al tráfico denso durante el embarazo. Lo más conveniente para las gestantes es evitar, o reducir al máximo, los paseos y rutas por zonas y vías en las que el tráfico sea muy intenso. Sobre todo, es recomendable no practicar ejercicio (correr o andar en bicicleta) en estos espacios, puesto que se incrementa el riesgo de inhalación de partículas contaminadas.

  • Huir del humo del tabaco. El consumo del tabaco durante el embarazo implica importantes riesgos para el bebé. Por eso, las gestantes deben abandonar este hábito lo antes posible. Asimismo, es aconsejable no permanecer en espacios cerrados donde se consuma tabaco y eludir la inhalación pasiva del humo de los cigarrillos.

  • No exponerse a determinados productos tóxicos. Los pesticidas, las pinturas con plomo y otros productos químicos comunes pueden contener compuestos tóxicos y nocivos para la futura madre. Los disolventes de pintura, limpiadores de muebles, el esmalte de uñas y los vapores de gasolina son algunos de estos productos que se deben evitar.

¿Se puede evitar exponer al futuro bebé a estos peligros?

Si los niveles de algunos contaminantes del aire, como las partículas finas (PM 2,5), se redujeran a los valores de referencia de la Organización Mundial de la Salud, se podría prevenir el 22% de los casos de bajo peso al nacer.

Por otra parte, medidas incluidas en los Planes Nacionales de mejora de la calidad del aire pueden ser también efectivas. La reducción de la densidad del tráfico, especialmente en las zonas céntricas de las ciudades, las ayudas para la renovación del parque de vehículos, la peatonalización de áreas urbanas o la instauración de carriles bus y bici son algunas de ellas.

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