Patucos, gorritos, camisetas, faldones, camisas, polainas, petos… La lista de las prendas de los bebés parece interminable. Mantenerlas en orden y bien organizadas para que el momento de vestir al pequeño no sea caótico no es una tarea fácil. En este artículo se explican técnicas efectivas para ordenar el armario del bebé: desde utilizar cajas y etiquetas o aprovechar las puertas del ropero, hasta forrar perchas personalizadas. También se ofrecen consejos para almacenar las prendas.
Mantener en orden la ropa del bebé es fundamental para no perder tiempo en buscar las prendas cada vez que sea necesario vestir al pequeño. Y sobre todo en los primeros meses, cuando los cambios son más frecuentes debido a las regurgitaciones y los escapes en el pañal, que obligan a los padres a repetir esta tarea varias veces al día.
Para conseguir que los cambios de ropa del bebé sean más fáciles, es aconsejable adoptar determinadas pautas en el armario:
Clasificar las prendas de la forma más detallada posible: por tallas, manga larga o manga corta, colores e, incluso, tipo de tejido.
La ropa que se utilice con mayor frecuencia debe colocarse en las zonas del armario más accesibles.
Las prendas que se queden pequeñas, o que ya no se usen, deben ser retiradas.
Hay que ser constante y mantener el orden establecido cuando se guarda la ropa una vez lavada.
Otra clave es intentar tener todas las prendas en la misma habitación y en un lugar cercano al cambiador del bebé.
Además de estos consejos, existen cinco ideas o trucos para guardar la ropa de los niños en los armarios.
1. Duplicar el espacio para la ropa de los niños
Las prendas del bebé son mucho más pequeñas que las del adulto y ocupan menos sitio cuando se guardan. Por ello, si se utiliza para organizar la ropa del pequeño un armario normal (no específico para niños), es posible que se desaproveche mucho espacio.
Una buena idea para sacar el máximo partido al ropero es colocar una barra adicional debajo de la existente, que puede retirarse cuando las prendas del pequeño sean más grandes.
2. Cajas para la ropa del bebé
Una opción para aprovechar bien todo el hueco de las baldas del armario, sin tener que formar torres de prendas demasiado altas e inestables, es colocar la ropa dentro de cajas de cartón o plástico con tapas, que se puedan apilar unas sobre otras.
Las cajas se pueden personalizar y forrarlas con un bonito papel adhesivo o vinilo e, incluso, con telas. Después, se colocan tarjetas identificativas o marcadores para saber qué prenda se guarda en cada caja.
3. Aprovechar las puertas de los armarios
Las puertas de los armarios permiten colocar y colgar algunas prendas del niñoLa cara interna de las puertas de los armarios (si no son correderas) se puede aprovechar para colocar alguna ropa del niño. Una idea es pegar en la superficie pequeños ganchos adhesivos en los que poder colocar artículos de poco peso, como cinturones, tirantes y lazos y gomillas para el pelo.
Si el hueco entre la puerta y las baldas interiores del armario es espacioso, se puede optar por poner un colgador más resistente que puede servir para enganchar el pijama del día anterior o una bata.
Otra posibilidad es incorporar un organizador con compartimentos para clasificar pequeñas prendas de ropa interior o los calcetines y leotardos.
4. Forrar las perchas de los niños
La ropa del bebé debe colgarse en perchas más pequeñas, adaptadas a su tamaño. De este modo, mantendrá su forma y se arrugará menos.
Para proteger las prendas más delicadas y evitar que se deslicen, una decorativa idea es forrar las perchas. Esta manualidad es muy sencilla, no requiere muchos materiales, ni una gran habilidad. En el blog de Estrela se explica paso a paso cómo forrar las perchitas.
5. Divisores de ropa para bebés
Encontrar en el armario del bebé una prenda específica es a veces una aventura, si no está organizado. Una opción es clasificar la ropa colgada en la barra por tallas o colores, y separar cada grupo con unos bonitos divisores que se pueden hacer en casa con unos viejos discos compactos (CD), como se propone en este blog.
También es posible fabricar los divisores con un poco de cartón o madera de marquetería y forrarlos después con bonitas plantillas o estas otras, que se pueden también imprimir sobre papel adhesivo y pegarlas luego en los diferentes cajones del armario.
El bebé varía de talla hasta cinco veces en tan solo un año de vida. Los cambios del contenido del armario serán, por tanto, constantes. Por eso, es aconsejable almacenar y guardar con cierto orden y criterio la ropa que el pequeño deja de usar.
Estos son tres consejos imprescindibles para realizar esta tarea de almacenaje.
Es conveniente lavar la ropa del bebé antes de guardarla, para evitar que las manchas se resequen y sean imposibles de quitar cuando se use de nuevo.
Las cajas herméticas o las bolsas al vacío son las mejores opciones para almacenar e impedir que las prendas se llenen de polvo o les afecte la humedad.
Es clave clasificar lo máximo posible por tallas (primera puesta, 1-3, 3-6, 6-9 y 9-12 meses), por temporada (otoño-invierno, primavera-verano) e incluso por colores. Con ayuda de una impresora se pueden hacer etiquetas identificativas para pegar en las bolsas o cajas y así poder localizar más rápido las prendas.