Tiempos modernos: por qué es más difícil criar a un bebé hoy en día

Los niños en sus tres primeros años de vida requieren las mismas atenciones de siempre, pero sus padres, madres y entorno han cambiado
Por María Huidobro González 16 de diciembre de 2019
Familia

Los bebés no vienen con un manual de instrucciones bajo el brazo, pero deberían. Hoy en día, criar a un hijo es más complicado que hace unas décadas. Los niños en sus tres primeros años de vida requieren las mismas atenciones de siempre, ellos no han cambiado, pero sí sus padres y los entornos en los que crecen. Además, las evidencias en pediatría van modificando hábitos que hasta ahora parecían inalterables, como la introducción de purés de frutas a los cuatro meses de vida. Por eso hay muchas dudas de cómo afrontar la crianza, diferente a la de nuestras madres y abuelas. A continuación, lo vemos en varios aspectos: dormir, comer, cuidados y pantallas.

La crianza, preocupación de padres, madres y profesionales

La demanda de terapia psicológica por causas relacionadas con la maternidad ha aumentado de manera exponencial en el último año en España. En concreto, según el informe ‘Psicología y maternidad’, realizado a partir de una muestra de 50.000 consultas por la plataforma de psicólogos online ‘ifeel’, los casos tratados se han multiplicado por siete. Y los principales motivos por los que las pacientes —porque son ellas en su mayoría (solo un 7% de las consultas son hombres)— asisten a terapia son la crianza de los niños, la depresión postparto y las que han pasado por un proceso de reproducción asistida. Otras razones menos comunes son el estrés relacionado con el embarazo, el parto y la conciliación familiar, las crisis por pérdidas perinatales, la maternidad de un niño con necesidades especiales o el embarazo no deseado.

Estos datos reflejan una realidad: tener un hijo, criarlo y educarlo no es sencillo. O, al menos, resulta algo diferente en estos tiempos. “Cada vez las familias, por tema económico, viven más fuera del centro de la ciudad y dejan a los niños en las guarderías a las 7 de la mañana y lo recogen a las 8 de la noche. Esto no es bueno ni para las familias ni para los niños”, comenta Núria Rajadell, profesora de pedagogía de la Universidad de Barcelona (UB) y directora del ‘Máster en crianza 0-3 y acompañamiento a las familias en red’, el primero de España que forma a profesionales de la crianza de los primeros años y que incluye dos cursos de posgrado independientes: ‘Acompañamiento a las familias 0-3 en red’ y ‘Crianza de 0-3 años y bienestar familiar’. “En esta etapa se desarrolla la parte neuronal, la afectiva. Y nos encontramos con niños que se adoptaron en países del este y ahora, en la adolescencia, presentan problemas a nivel conductual. Pero es que estos niños de 0-3 estuvieron maltratados de alguna manera: falta de comida, alcoholismo de la madre…“, asegura.

Niña durmiendo

Imagen: mhaqnawaz

Creado a partir de un posgrado de la UB comenzado en 2011 por el interés de numerosos expertos, en enero iniciará la tercera edición de esta formación integral y especializada en la que participan psicólogos, fisioterapeutas pediátricos, pedagogos, sociólogos, médicos, profesores, enfermeros, antropólogos y educadores sociales.

El curso presencial, con observaciones en centros hospitalarios y visitas a instituciones, también en el extranjero —para conocer otras realidades—, está dirigido a profesionales que trabajan con niños de 0-3 en cualquier ámbito, miembros de entidades que desarrollan proyectos de crianza y acompañamiento a familias en el tercer sector, titulados universitarios o de ciclos formativos, docentes en activo y padres y madres de familia que tengan interés en esta etapa. En grupos de no más de 20 personas se adquieren conocimientos sobre la formación de la pareja, la adopción, el embarazo, el parto, el postparto, el duelo, la lactancia, la maternidad, la paternidad, la crianza y la educación en el contexto familiar actual. “Lo importante es ver los pros y contras de todas las opciones, conocerlos, para así poder trasladarlos a las familias y que ellas elijan”, recuerda la pedagoga.

¿Dormir como un bebé?

Antes, bajo la protección de «la tribu» (abuelos, tíos, vecinos…), no había tanto miedo, angustia y preocupación ante la crianza, pero ahora las familias, más informadas y formadas, lo pasan peor. Y a veces, ocurre que los expertos no se ponen de acuerdo. Entonces, la cosa se complica aún más para los padres y madres.

El caso más reciente lo veíamos en noviembre con la publicación por parte del Hospital Infantil Niño Jesús de la guía práctica para padres ‘Trastornos del comportamiento de niños y adolescentes’. En ella, expertos en pediatría y psiquiatría con más de 30 años de experiencia abordan problemas muy habituales en los más pequeños como las rabietas, los celos por el nacimiento de un hermano, la enuresis nocturna, los tics nerviosos, los trastornos del sueño o con la alimentación.

A raíz de las indicaciones que se exponían ante una de las preocupaciones máximas de los padres (que el niño duerma), se armó tal revuelo en redes sociales que el comité editorial decidió retirar, de momento, la guía en su versión digital para “matizar diferentes aspectos”. Y es que frente al insomnio de los más pequeños, cuando tiene dificultad para dormirse solo, necesita compañía y suele despertarse con facilidad, sus consejos para reeducarle eran muy claros:

  • No acunes ni mezas a tu bebé para ir a dormir.
  • No le duermas en brazos.
  • No interpretes el despertar de tu bebé como hambre, sed o miedo.
  • Si se despierta no le cojas ni le des de comer, se acostumbrará a ello.
  • Para muchos niños dormir es una pérdida de tiempo, se niegan o se inventan necesidades y te llama, no cedas, si lo haces le estás enseñando malos hábitos.
  • Algunos niños hablan, lloriquean o hacen ruido mientras duermen. No le despiertes, no entres en su habitación.
  • Si al llevarle a su cama llora desesperadamente cada noche, déjale en su cuna o cama y sal del cuarto. No entres en la habitación, es teatro, espera al menos cinco minutos. Si al entrar se calla, no le cojas ni le hables, sal diciendo “ahora a dormir”.
  • Si se despierta cada noche y te reclama para que le duermas, déjale llorar 30 minutos. Después entra para comprobar que está bien, algunos vomitan del enfado. No le hables, no le cojas, sal de la habitación y dices “ahora a dormir”. Así durante tres periodos de media hora. Antes del tercer día tu hijo no te reclamará, habrá aprendido a dormir sin tu ayuda.
  • Nunca utilices medicamentos, sedantes ni tranquilizantes para dormir.

Bebé durmiendo

Imagen: adiretoriaeventos

Algunas de estas recomendaciones no fueron bien recibidas, sobre todo «no acunes ni mezas a tu bebé para ir a dormir», «no le duermas en brazos» o «déjale llorar si se despierta». En su cuenta de Twitter el neuropsicólogo Álvaro Bilbao mostraba su desacuerdo con muchas de ellas. «Estas recomendaciones no tienen una base científica y se basan en prácticas muy superadas. Que un bebé necesite a sus padres para dormir no es un trastorno del sueño. Dejar a un bebé llorando 30 minutos no es educar el sueño», afirmaba a la vez que pedía un replanteamiento de los consejos.

El Centro de Estudios del Sueño Infantil (CESI) ha ido más allá y hasta ha abierto una petición en la popular plataforma Change.org para exigir una revisión de la guía respecto al sueño de los niños. «No reflejan las evidencias científicas más actuales, ya que parecen basarse en la vieja pediatría del sueño de principios del siglo XX, e ignoran la nueva perspectiva más multidisciplinar e integradora de la ciencia del sueño del presente», dicen sus responsables.

En el momento de publicar este artículo esta petición ya llevaba más de 18.000 firmas y aún no se ha colgado en la web la nueva guía con los matices. Pero se ha hecho público que el Grupo del Sueño y Cronobiología de la Asociación Española de Pediatría (AEP) está trabajando en la elaboración de un documento de consenso sobre los trastornos del sueño en la edad pediátrica útiles para profesionales y familias. Para ello, el grupo de expertos analizará toda la evidencia científica relacionada con este tema publicada hasta el momento. Hasta entonces, la AEP aconseja seguir las indicaciones de la ‘Guía de Práctica Clínica sobre Trastornos del Sueño en Atención Primaria’ a estas edades y el ‘Documento de Consenso sobre el insomnio infantil’ publicado en ‘Anales de Pediatría’.

Alimentación complementaria, cuidados y pantallas

Pero no solo en esto de dormir ha cambiado mucho la cosa. Desde hace varios años, el sistema ACS (Aprendo a Comer Solo) es una manera de ofrecer la alimentación complementaria, a la leche materna o de fórmula infantil. Conocido también como Baby-led Weaning (BLW) o «Alimentación Complementaria Guiada por el Bebé», este método permite que sea el pequeño quien elija sus alimentos favoritos entre distintas opciones saludables en compañía de un adulto. Y no ha sido hasta hace apenas un año cuando la Asociación Española de Pediatría (AEP) lo ha incluido en la guía que recoge sus recomendaciones sobre la alimentación complementaria.

Imagen: StockSnap

Aun así, hay otra fórmula muy utilizada por las familias, según reconocía José Manuel Moreno Villares, coordinador del Comité de Nutrición de la AEP, en su presentación: «Muchos padres optan por un BLW mixto mediante el que se permite que el bebé experimente por sí mismo con la comida, pero a la vez se le da algún puré o papilla en alguna de las comidas». Esta variante mixta se conoce como BLISS (Baby Led Introduction to SolidS) y entre algunas de sus ventajas destaca el incremento de la duración de la lactancia materna o el fomento de la alimentación perceptiva y basada en señales de hambre y saciedad del niño.

¿Guardería? «Lo idóneo —reconoce Núria Rajadell— es que los pequeños durante los primeros años estén al cuidado de sus padres», pero no siempre se puede por las políticas familiares de gobiernos y empresas. Si no queda más remedio, lo más económico es recurrir a familiares como los abuelos como cuidadores, con beneficios para unos y otros. Pero hay otras opciones distintas a las que ofrece un centro infantil tradicional para dejar al cuidado de un niño. Canguro en casa o casas amigas, como las que funcionan en Navarra, también son otras fórmulas más cercanas a la crianza con apego.

¡Qué hay de malo en ponerle la tele o un vídeo en el móvil para que coma! Todos —todos— lo hemos hecho alguna vez, reconozcámoslo. ¿Y que hay de mirar el móvil mientras das de mamar a tu retoño? Pues ni una ni otra cosa recomiendan los expertos. Las pantallas son el chupete del siglo XXI, un instrumento emocional «muy eficaz para mantener a los niños calmados y callados», dice la Academia Americana de Pediatría. Pero debemos alejarles de ellas al menos hasta los dos años. Lo contamos en este artículo con la ayuda de la pediatra María Angustias Salmerón.

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