Un degradado de color es un cambio o modificación de un mismo tono que se produce de forma paulatina desde una gradación clara a una oscura. No suele ser muy habitual emplear este tipo de técnica decorativa en pintura, debido a la dificultad de llevarla a cabo obteniendo un resultado satisfactorio, debido a lo complicado que puede llegar a ser el obtener un resultado homogéneo a lo largo de toda la superficie a decorar.
Sin embargo sí que es factible adquirir azulejos cuya superficie se encuentre decorada con un degradado. De esta forma conseguiremos que al menos una parte de su superficie sea clara y refleje la luz.
Generalmente los azulejos mantendrán un degradado uniforme, por lo que resulta conveniente estudiar si colocarlos de forma continua para que case o de manera alterna para que el efecto final tenga un aspecto más caótico y desenfadado.