La madera wengé es una especie exótica de gran dureza. Se caracteriza por trabajos de ebanistería muy finos. Da buen resultado tanto en interior como exterior y su resistencia garantiza una buena durabilidad. Sin embargo, a la hora de trabajar esta madera, hay que contar con herramientas adecuadas para las labores de corte y cepillado. Además, su adherencia es baja y el duramen no es impregnable.
La madera wengé, también llamada panga-panga, jambire o mpande, es una madera tropical de origen africano. Se caracteriza por una albura (capa debajo de la corteza) de color blanquecino o amarillo claro, mientras que el duramen (parte más seca del tronco) varía del tono pardo oscuro a «un negro violáceo con finas vetas pardas», tal como se describe en el catálogo de especies de madera de la Asociación de investigación técnica de las industrias de la madera (AITIM).
Por sus propiedades, el wengé es una madera pesada, nerviosa y muy dura, lo que dificulta el cepillado y hace habitual el uso de herramientas eléctricas de corte. Asimismo, para el clavado y atornillado conviene realizar pretaladros (agujeros), mientras que el encolado debe ser también muy cuidadoso. «Los taninos -una sustancia astringente que se localiza en la corteza- dificultan una buena adherencia», explica la Asociación Española de Importadores de Madera (AEIM).
La albura es de color claro, mientras que el duramen varía del tono pardo oscuro al negro violáceo
Por otro lado, cuando se trabaja con madera wengé, hay que asegurarse de emplear productos a base de cera en el acabado, puesto que el duramen no es impregnable. Esta capa la protege frente a la acción de agentes externos, aunque resiste bien la humedad y el ataque de insectos.
Aplicaciones
El wengé se utiliza tanto en carpintería interior como exterior. Mobiliario y suelo son sus aplicaciones principales. Es una madera apta para «puertas, ventanas, escaleras, revestimientos, molduras, rodapiés, frisos y parquet«, aseguran desde AEIM. Sus acabados son finos, de calidad y resistentes, ya que su dureza retrasa el proceso de secado y minimiza el riesgo de deformación.
Permite realizar tanto muebles rectos como curvados
A pesar de su dureza, el wengé permite realizar tanto muebles rectos como curvados. Además, la variedad de color consigue mobiliario de tonos tan dispares como el chocolate y el ceniza -que oscurecen con el paso del tiempo-. Las especies tropicales se distinguen por tener un amplio abanico de colores y texturas según el lugar o el tiempo de crecimiento. Esto significa que una misma especie puede conseguir maderas de aspecto completamente diferente.