El naranja no es una tonalidad muy habitual a emplear en la cocina, aunque se trata de un color que abre e apetito.
Una buena opción, no en exceso llamativa, consiste en combinar diversas tonalidades de naranja para componer una llamativa cenefa que alegre la cocina. Para realizarla, debemos trazar un rectángulo a media altura por toda la estancia y otro en su exterior. Bordearemos de un color rojizo el recuadro de mayor tamaño. El espacio entre ambos rectángulos podemos pintarlo de una tonalidad amarilla o emplear un color rojo, para la parte interior del rectángulo de menor tamaño emplearemos una tonalidad naranja.
En el interior de esta última tonalidad naranja se ha pintado un nuevo rectángulo, a escasa altura, de color amarillo. De esta forma, conseguimos crear una combinación de colores naranjas que rompan con la sensación de homogeneidad que provocan los azulejos de colores uniformes en la cocina.
La forma más sencilla de pintar esta cenefa consiste en utilizar materiales específicos para superficies cerámicas, de lo contrario será necesario utilizar una pintura epoxi bicomponente o aplicar sobre los azulejos una capa de imprimación que les aporte rugosidad a la que puedan adherirse pinturas convencionales.