En primer lugar es conveniente cubrir o elimina las paredes o cercas que delimitan las plantas. De este modo se evitará que el paisaje tenga límites abruptos. A continuación, se pueden construir senderos con pequeñas curvas, y procurar que se pierdan entre las plantas. Es importante que se confeccionen diferentes niveles. Por ejemplo, se puede crear un efecto de terrazas de espacios altos y bajos, con lo que se logrará engañar a la vista, aparte de proporcionar una sensación de un espacio grande.
También hay que tratar de crear profundidad con los colores de las plantas, poniendo plantas con colores claros delante de plantas altas y de color oscuro. Las plantas en tonos azules y violetas deben estar en la parte más alejada del jardín, ya que estos colores generan un vistoso efecto de profundidad. Otra recomendación a subrayar consiste en integrar el jardín con el paisaje adyacente, para dar un efecto de continuidad.
Ladrillos de cristal
Además, probablemente a todos los amantes del jardín les gustaría contar con más metros cuadrados de los que ya tienen para incorporar nuevos elementos o para disfrutar de espacios más amplios. De todas formas, las dificultades y los espacios pequeños nos obligan a agudizar el ingenio para disponer o utilizar materiales que den sensación de amplitud.
Uno de estos materiales a los que se puede recurrir son los ladrillos de cristal. Éstos se pueden utilizar bien para separar pequeñas zonas del jardín con el fin de que la luminosidad entre con facilidad o bien para emplearlos como pavimentación de pequeños senderos, cumplimentados de manera adecuada por una luz inferior.
Además estos ladrillos de cristal también pueden acompañar a motivos ornamentales en los que se incluye el agua, como pueden ser fuentes o piscinas.
Reordenación del jardín
La adquisición de una casa con jardín promete un espacio agradable para disfrutar del aire libre. Pero ya sea por inexperiencia o porque ya existen plantas, arbustos y/o árboles plantados por anteriores propietarios, puede suceder que al aumentar de tamaño, quiten luminosidad a las estancias de la casa o que al crecer unas plantas estorben el desarrollo de otras. De esta forma en poco tiempo se obtendrá un jardín desordenado y con una disposición poco armoniosa.
Para solucionar este problema el método más conveniente consiste en realizar un nuevo enfoque de la estructura del jardín. Para ello es recomendable trasplantar ciertas especies al lugar más adecuado, en función de sus características, plantar otras en zonas despejadas y podar las ramas dañadas o cuyo crecimiento haya sido excesivo, además de recomponer el césped, si éste está estropeado o presenta una vista poco uniforme.
La orientación de las plantas
Por otro lado, a la hora de determinar la organización de un jardín o de una pequeña parcela hay que tener en cuenta ya no sólo aspectos ornamentales, sino también cuál será la ubicación idónea de cada planta, algo que vendrá determinado por varios factores: clima, humedad, tipo de suelo, luminosidad, entre otros. Aparte, la orientación también jugará un papel fundamental, dado que hay especies que se ajustan mejor a un tipo de suelo que a otro, existen plantas que vegetan mejor con una orientación que con otra.
De esta manera se pueden apuntar algunas cuestiones en relación a los puntos cardinales:
-Norte. Es conveniente que las plantas cultivadas sean muy resistentes para soportar cualquier inclemencia meteorológica, ya que funcionarán como barrera para el resto de sus compañeras.
-Este. Lo más recomendado radica en plantar ejemplares que tengan cierta capacidad para ahuyentar plagas y enfermedades.
-Sur. Las especies que se planten deberán ser capaces de aportar calor al resto del conjunto.
-Oeste. La elección está clara, colocar plantas que adquieran un brillo especial cuando se produzca la puesta de sol.
Con estas premisas queda claro que la orientación será un factor más que guiará la ordenación de todo jardín.
