Es muy habitual realizar trabajos de cavado en el jardín, con los que se pretende airear la tierra, quitar las malas hierbas, además de aprovechar para añadir productores de humus, fertilizantes y cualquier otro elemento para enriquecer el suelo.
Antes de emprender el cavado, es imprescindible tener en cuenta los siguientes consejos:
–Nunca debe trabajarse sobre tierra que se encuentre ni muy seca ni muy mojada, porque el esfuerzo físico que se requiere es demasiado importante para los resultados que se pueden obtener.
–Conviene evitar sacar el subsuelo a la superficie, es pobre en materia orgánica y por lo tanto empobrecerá la tierra.
–Merece la pena utilizar las herramientas adecuadas: una azada, una orca o una pala, dependiendo de la zona sobre la que se actúe.
–Intente desarrollar un método para no pisar la tierra que ha sido previamente cavada. Lo más adecuado suele ser dividir la superficie que se va a cavar en varias parcelas y organizar el trabajo siempre de la delante hacia atrás.
Con la observación de estas pautas, conseguirá reducir el considerable trabajo físico que requiere esta tarea sin que se resienta su suelo.
