Consejos para sacar el mayor partido a los tendederos para la ropa

Para que tender la ropa no sea un problema, sobre todo en invierno y en hogares pequeños, conviene aprovechar al máximo las posibilidades de los tendederos
Por EROSKI Consumer 7 de marzo de 2013
Img ropa pinzas
Imagen: SegFault

Existen muchos modelos de tendederos disponibles y numerosas formas de colgar la ropa de la colada. De entre todas las opciones, conviene buscar siempre las más apropiadas a cada necesidad. Este artículo explica por qué conviene tender la ropa en exteriores y qué hay que saber antes de hacerlo en balcones, ventanas y azoteas. Además enumera modelos y usos de los tendederos, desde los diseños clásicos hasta los que permiten aprovechar cada rincón, y da consejos para tener en cuenta cuando se cuelga en ellos la ropa.

Si se puede, tender la ropa en exteriores

Tender la ropa de la colada después del lavado es una tarea simple del hogar que, a menudo, se convierte en un auténtico desafío. Sobre todo en las casas y pisos actuales, donde los espacios son muy reducidos, y más aún durante el invierno, cuando la humedad tarda más en irse, el dilema es: ¿dónde tender toda la ropa?

El mejor recurso, sin duda, es colgar la ropa en el exterior (siempre que no llueva o nieve, por supuesto). Si bien la incidencia directa de los rayos del sol en días de verano o temperaturas muy bajas en invierno pueden dañar los tejidos, no habrá mayor problema si las ropas se exponen solo durante el tiempo que necesitan para secarse y luego se guardan.

En verano, lo normal es que unas cuantas horas basten para que las prendas queden secas, mientras que en invierno pueden necesitar más de un día. Un consejo para regiones de mucha humedad: descolgar la ropa al caer la noche y, si es necesario, volver a colgarla el día siguiente. De este modo se evita que el rocío nocturno humedezca las prendas.

Ropa tendida en balcones, ventanas y azoteas

Antes de colgar la ropa en zonas exteriores, hay que tener cuidado de que esto no represente ninguna infracción. En muchas ciudades, la legislación impide colocar tendederos en balcones exteriores o ventanas que dan a la vía pública, debido a que esto -como la colocación de aparatos de aire acondicionado o toldos– implica una alteración de la fachada del edificio. Otro motivo es el riesgo de accidentes por la eventual caída de objetos sobre los transeúntes que pasen por debajo.

Lo normal es que la ropa se seque en unas cuantas horas en verano y necesite más de un día en invierno

En todo caso, lo correspondiente es obtener un permiso expreso de la comunidad de vecinos y del ayuntamiento. Infringir esta reglamentación puede derivar en la aplicación de multas que, según la comunidad autónoma, alcanzan hasta los 750 euros.

Una alternativa, siempre que resulte posible, es colgar la ropa en la azotea del edificio. Este espacio común puede ser compartido por todos los vecinos de la comunidad, y no modifica el aspecto de la fachada ni representa riesgo alguno contra los peatones. Basta con lograr el acuerdo en la junta de propietarios para instaurar la azotea como zona de tendido de ropas.

Tendederos interiores clásicos para la ropa

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Imagen: Conan

Cuando por causas climáticas, legales o de falta de espacio, la ropa no se puede colgar en exteriores, se debe recurrir a los tendederos en el interior de la casa. Si las dimensiones son reducidas, hay que extremar el ingenio para aprovechar cada rincón.

Los tendederos más comunes son los plegables. Son muy prácticos porque ocupan muy poco cuando no se usan (caben detrás de una puerta, en un costado del armario, en un pasillo, etc.) y, en general, sirven para colgar una buena cantidad de ropa. Algunos modelos incluyen barras también en sus patas, lo cual aumenta su capacidad.

Existen diseños útiles que tienen una forma similar a la de un biombo, con la diferencia de que sus paneles, en lugar ser lisos para evitar que se vea a través de ellos, están compuestos de barras horizontales para colgar ropa. Estas estructuras son prácticas, porque se colocan en cualquier esquina de la casa y sus lados siguen las líneas de las paredes, mesas, etc., y de esa forma no obstruyen la zona de circulación.

Otros tendederos para aprovechar los rincones

Además de los diversos modelos de tendederos clásicos, hay también diseños menos conocidos y más novedosos. Un caso es el de los tendederos que se cuelgan del techo y, a través de un sistema de cuerdas y poleas, se baja en el momento en que se necesita colgar la ropa y se vuelve a subir, con el fin de que quede lo bastante alto para no molestar.

Algunos tendederos se cuelgan del techo y se bajan y suben cuando es necesario, a través de un sistema de cuerdas y poleas

También hay unos modelos pequeños de tendederos, construidos a partir de varias estructuras circulares superpuestas que penden todas de un solo gancho. De las estructuras circulares vienen enganchadas unas pinzas, preparadas para sostener prendas pequeñas (sobre todo ropa interior: calcetines, calzoncillos, bragas, etc.). Es un sistema muy práctico: colgado en cualquier rincón, sin estorbar en absoluto, permite secar una gran cantidad de ropa.

Otros tendederos son más específicos. Algunos se colocan en las ventanas como si fuesen persianas, pero con unas bisagras en la parte inferior. Cuando se necesita secar ropa, se baja la estructura hasta que queda en posición horizontal (o cercana a ella) y de sus barras se cuelga la ropa. Como está junto a la ventana, el acceso de la luz natural y de las corrientes de aire está asegurado.

También los radiadores toalleros de baño son una especie de tendedero y, aunque su uso está pensado para las toallas, con ellos se puede secar cualquier otra prenda, salvo piezas demasiado grandes, como sábanas).

Consejos para tender la ropa

A continuación, algunos consejos que conviene tener en cuenta para sacar el máximo provecho a los tendederos y facilitar el secado de la ropa:

  • Colgar camisas, camisetas y jerséis en perchas. Es una forma estupenda de ganar espacio, ya que, en el mismo espacio que ocupa una camiseta extendida en una barra del tendedero, caben hasta una decena de perchas. Pero, además, evita que queden en la ropa marcas de la barra del tendedero o de las pinzas, lo cual reduce el esfuerzo y el tiempo del planchado posterior.

  • Aprovechar las fuentes de calor. Es recomendable colocar los tendederos cerca de radiadores, estufas u otras fuentes de calor, para reducir el tiempo de secado y lograr que la estructura desplegada ocupe espacio el menor tiempo posible.

  • No tender la ropa en zonas húmedas. Lo aconsejable es evitar tender ropa en las zonas más húmedas de la casa, como el cuarto de baño (salvo cuando se usen los radiadores toalleros) y la cocina, ya que tardará más tiempo en secarse. En la cocina, además, podría impregnarse de los olores de los alimentos que se preparen allí.

  • Lavar solo la cantidad de ropa que se puede tender. Cuanto más numerosa sea la familia (o las personas que vivan en la casa), más evidente se hará la carencia de espacios donde tender la ropa. Por eso, es importante al hacer las coladas considerar el lugar disponible, ya que si se lava demasiada ropa luego no habría dónde colocarla. Y si se queda mojada y sin extender, cogerá mal olor y es probable que haya que lavarla de nuevo. Por el mismo motivo, también es importante no dejar pasar mucho tiempo desde que termina el lavado hasta el momento de tenderla.

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