Consejos para cuidar las plantas durante el verano

Durante el verano es importante que las plantas no reciban la luz directa del sol y, además, conviene colocarlas juntas para que se cree un microclima húmedo
Por EROSKI Consumer 16 de julio de 2007
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Imagen: frankh

Las plantas, al igual que los animales y las personas, necesitan unas ciertas medidas para adaptarse a la temporada más calurosa del año. No deben estar expuestas al sol de modo directo y hay que tener cuidado con las corrientes de aire generadas por ventiladores o equipos de aire acondicionado. En este artículo se explica cómo protegerlas de estos aparatos y otros riesgos propios de esta época.

Proteger las plantas del calor muy intenso

Durante el verano, las plantas tienen algunas necesidades específicas, originadas por el aumento de las temperaturas, la mayor cantidad de horas de luz natural y el periodo de floración que muchas experimentan en esta época. Por eso, y más allá de que cada especie requiere de cuidados y atenciones específicas, se pueden enumerar una serie de consideraciones generales para garantizar su bienestar durante esta estación.

Lo más idóneo es colocar las plantas en un ambiente luminoso pero protegidas y exponerlas al sol durante breves periodos diarios

El principal cuidado es que no estén expuestas a la incidencia directa de los rayos del sol, ya que la intensidad que estos alcanzan puede quemar y marchitar las plantas, incluso ejemplares de especies que en teoría pueden vivir al aire libre. Además, estos seres vivos también pueden sufrir golpes de calor. Lo más apropiado es colocar los ejemplares en algún ambiente con buena luz natural pero protegidas y, de ser posible, exponerlas al sol solo durante breves periodos cada día.

Resulta positivo para las plantas, sobre todo en esta época, ubicarlas muy cerca unas de otras. Este reagrupamiento redunda en la formación de una especie de microclima húmedo en el espacio que ocupan, lo cual es muy beneficioso dadas las mayores necesidades de agua en la época del año en que se evapora con mayor facilidad. Así que, si es posible destinar un rincón para que estén juntas, mucho mejor.

Las corrientes de aire y el peligro para las plantas

Otra cuestión a la que hay que prestar especial atención son las corrientes de aire que se pueden originar a partir de la presencia de ventiladores o aparatos de aire acondicionado. Un ventilador puede resultar muy dañino para una planta, no solo cuando apunta en dirección a ella, sino también en el caso de que el ejemplar esté muy cerca, ya que incluso de su parte trasera también se generan corrientes de aire.

El aire acondicionado, como el ventilador, genera corrientes de aire menos veloces pero mucho más frías

Si es inevitable la presencia de un ventilador en un ambiente donde hay plantas, se debe procurar que la corriente de aire generada afecte lo menos posible a los ejemplares. Un recurso es colocar el ventilador en dirección a una pared, para que remueva el aire de la estancia pero que su «viento» no incida de modo directo más que sobre esa pared.

El aire acondicionado, por su parte, también genera corrientes de aire, menos veloces pero mucho más frías. Como el aire caliente tiende a subir, la zona cercana al suelo es la que más se refresca con este sistema. Si las plantas están en el suelo, hay que prestar atención para detectar a tiempo si los cambios de temperatura pudieran perjudicarlas de alguna forma.

Otros cuidados de las plantas en verano

El verano es la época en la que plagas e insectos pueden atacar a las plantas con mayor gravedad. Es aconsejable estar muy atentos a su presencia. Si se detecta su presencia en hojas, tallos o flores, una primera medida es atacarlos con agua jabonosa. Si esto no resulta efectivo o si la plaga ya está demasiado extendida en el ejemplar, será necesario recurrir a plaguicidas u otros productos de acción más fuerte.

Para aprovechar al máximo la vivacidad y la intensidad cromática de las flores en esta época, es conveniente realizar una poda selectiva consistente en dejar una sola flor por cada tallo. Al quitar los capullos o flores más pequeñas, el tallo destinará todos sus nutrientes a esa única flor, lo que provocará que pueda crecer con todo su vigor.

Durante el verano las plantas necesitan mayor cantidad de agua, por lo cual es necesario intensificar la frecuencia del riego. El mejor momento para regarlas es temprano por la mañana, cuando las temperaturas son más bajas; de esta manera, la pérdida por evaporación será mínima y la planta podrá sacar el mayor rendimiento de esa humedad a lo largo del día. De todas maneras, ciertos ejemplares pueden necesitar más de un riego diario.

Es fundamental prever un método efectivo para regar las plantas si los habitantes de la casa han de irse de vacaciones y nadie podrá acudir a hacerlo. Sea cual fuere el método elegido, lo idóneo es probarlo con antelación, para corroborar que funciona y que las plantas no sufrirán en exceso la ausencia de sus cuidadores habituales.

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