Los bulbos tienen una época de floración tras la cual las flores se marchitan lentamente hasta que caen o muestran un aspecto mustio, que sugiere su extirpación.
En este proceso de descomposición, que comienza cuando la flor se estropea y finaliza cuando ésta o la planta mueren, el ejemplar consume recursos y nutrientes en vano. En este momento, es recomendable acelerar el mencionado proceso para que la planta se descomponga y pudra a mayor velocidad para poder así reservar el bulbo para otra temporada.
Realizar en el tallo del ejemplar un nudo, lo más próximo posible a la base de la planta acelerará la descomposición de la planta.
Así, se logrará que en la próxima temporada los bulbos tengan más fuerza, porque han sido capaces de mantener un gran número de reservas.
