En la actualidad los sistemas de apertura de los grifos han variado mucho y podemos encontrar grifos monomando con el mando accionador muy largo, para facilitar su apertura cuando tengamos las manos jabonosas o manchadas, de forma que se puede emplear incluso el antebrazo para abrirlos.
Se trata de grifos muy cómodos y fáciles de abrir. Una comodidad similar es la que disponen aquellos que se abren pulsándolos. No obstante, uno de sus grandes inconvenientes es que resulta difícil controlar el caudal de agua que se desea nada más abrirlos, lo que hace necesario regularlo moviendo la palanca poco a poco hasta que demos con el flujo adecuado.
Algunos de los que se abren mediante una pulsación mantienen un caudal uniforme y suficiente nada más pulsarlos, y lo van reduciendo conforme pasa el tiempo, por lo que ayudan a ahorrar agua. Sin embargo, al cerrarse solos, cuando ya no necesitamos el agua que hacen correr también malgastan cierta cantidad.
Por el contrario los grifos que se accionan a rosca son más difíciles de abrir con las manos enjabonadas, pero nos permiten regular su caudal desde un principio y podemos abrirlos y cerrarlos a nuestro antojo.
También existen en el mercado grifos cuya apertura y cierre funcionan automáticamente al detectar la presencia o ausencia de las manos mediante una célula fotoeléctrica.
