El cultivo de esta planta es algo delicado, aunque soporta sin problemas la incidencia directa de la luz solar. Desde principios del mes de marzo hasta primeros de noviembre no debe exponerse al sol, ya que es su época de floración, y podría quemarse. Durante un período de tres a cinco meses, la medinilla desarrolla unos racimos de flores de color rosáceo, muy bellas. En lo que se refiere a los cuidados que precisa, la medinilla necesita riegos moderados, con poco agua, y es necesario abonarla una vez al mes, sobre todo durante el tiempo que dure su floración.