Muchos aficionados al bricolaje se animan a realizar obras de relativa dificultad y, aunque en su proceso hayan realizado todos los pasos correctamente, se encuentran con que los resultados no son los esperados, debido a que no conocen todos los trucos que dicha tarea supone.
Este es el caso de la colocación del parquet o la tarima flotante de cualquier estancia del hogar. Los aficionados siguen todas las instrucciones al pie de la letra pero al cabo de unos días la madera empieza a abombarse o a tomar unas formas que se salen de lo normal, pese a que se hayan tenido en cuenta todas las separaciones necesarias entre las juntas.
Para evitar esta situación basta con tomar una medida previa: dejar el material durante unos días en la habitación donde vaya a ser instalado, dejándola aislada y cerrando bien todas las puertas y ventanas. De esta manera la madera se va a ir aclimatando a los procesos de contracción y dilatación que cualquier pieza de este material puede sufrir, evitando sustos cuando se encuentre totalmente instalada.