A día de hoy los ciudadanos están más concienciados con el cuidado del medioambiente. Quien más y quien menos separa los papeles, el vidrio, las pilas… . Pero el tema de las energías renovables parece más lejano y complicado, aunque sea sólo por falta de conocimiento.
La utilización de energías renovables se generaliza a medida que se está más informado y los propios medios mejoran. Los tópicos persiguen a este tipo de energías como han hecho con todos los avances en un principio desconocidos y luego aclamados por todos. El hecho de no disponer del sol de Almería no es óbice para no colocar paneles solares en ciudades como Bilbao, ya que en países con menos radiación solar como pueden ser Alemania, Luxemburgo o incluso Dinamarca, la utilización de este tipo de energía está generalizada.
No hay que tener dudas y considerar la posibilidad de instalar una tecnología de este tipo la próxima vez que haya que hacer alguna reparación en baño o instalación de calefacción.
A continuación se explican las diferentes posibilidades de energías renovables que la naturaleza ofrece:
Energía Eólica: Se produce gracias al viento, que se aprovecha para conseguir algún otro tipo de energía. Esta energía es la más antigua conocida por el hombre, ya que existen grabados egipcios que datan de 5.000 años antes de Cristo mostrando la impulsión de barcos de vela. El siguiente paso fueron los diferentes tipos de molino con utilidades como el molido de grano o la extracción de agua, hasta los actuales molinos que se denominan aerogeneradores y transforman el movimiento generado por el viento en energía eléctrica.
Energía hidroeléctrica: Esta energía aprovecha el movimiento del agua. Los antiguos romanos y griegos ya la utilizaban en ruedas hidráulicas para moler el trigo. Pero el despegue se produjo durante la Revolución Industrial en el siglo XIX donde impulsó las industrias y los talleres por el abaratamiento frente al carbón. En 1880 se construyó la primera central hidroeléctrica gracias al desarrollo del generador eléctrico, llegando a nuestros días a las grandes centrales hidroeléctricas.
Energía solar: La energía que se recibe del sol. La energía solar podemos dividirla en tres tipos:
Energía Solar Fotovoltaica: La radiación solar se utiliza para generar corriente eléctrica gracias a paneles fotovoltaicos. Desarrollada en los años 50 para fines espaciales, actualmente su abaratamiento y mejora de rendimiento ha extendido su utilización.
Energía Solar Térmica: La radiación solar se utiliza para calentar agua, pudiéndose utilizar para consumo de agua caliente o para generación de electricidad gracias al vapor. Históricamente no se puede situar la aparición de este tipo de energía en ningún periodo ya que la utilización de un depósito con agua puesta al sol para calentarla no es un uso reciente que se pueda datar.
Energía Solar Pasiva: La radiación solar se utiliza para mejorar el confort térmico en un edificio gracias a la arquitectura bioclimática utilizando las condiciones climáticas de cada lugar, reduciendo en la medida de lo posible el apoyo de energías auxiliares. La arquitectura bioclimática se ha utilizado desde siempre en la arquitectura tradicional, desde la orientación para el aprovechamiento del sol, pasando por el resguarde del viento, hasta la cercanía de medios de transporte para ahorrar otras energías.
Biomasa: Sustancia orgánica renovable de origen animal o vegetal utilizado hasta la Revolución Industrial como la fuente de energía más importante para el hombre. Con la utilización de los combustibles fósiles el uso de la biomasa decreció hasta casi desaparecer en el sector industrial. Aún así, debido a la actual crisis energética mundial se empieza a considerar en las industrias la utilización de la biomasa, de forma total o parcial, como una alternativa a los combustibles fósiles.
Con estas pequeñas reseñas de cada energía se puede intentar pensar en sus utilidades y su aprovechamiento en el día a día y así ayudar al medio ambiente al mismo momento que se ahorra.
