Los azulejos son un material de revestimiento de paredes muy tradicional, puesto que suelen ser muy empleados en baños y cocinas, aunque en la actualidad también está muy de moda colocar un friso de lamas de plástico, que cuenta con sus mismas características, facilidad de limpieza e instalación, y un valor decorativo similar.
Los azulejos suelen fabricarse en loza fina y tienen multitud de acabados en diferentes diseños, grecas y cenefas, que incluso se pueden insertar entre ellos, en un material diferente, como la madera, para eliminar la sensación de verticalidad que suele aportar su presencia.
El acabado final de este tipo de material, aunque venga pintado, suele ser brillante o satinado. En cualquier caso aporta una mayor luminosidad y sensación de limpieza a la estancia, aunque también pueden encontrarse superficies con acabados mates.
Las dimensiones más habituales suelen ser de 15×15 centímetros, aunque los hay más grandes y más pequeños y también rectangulares. No obstante, a pesar de su resistencia frente al agua, no es recomendable colocar los azulejos para revestir suelos o en exteriores, por ejemplo para forrar una mesa de jardín de aspecto rústico, porque no son muy resistentes frente a las heladas.
