Las almohadillas son una estupenda alternativa a los rodillos porque permiten pintar grandes superficies en poco tiempo. Existen almohadillas de diversos tamaños y todas están compuestas por un trozo de tela de mohair, carente de pelo, montadas sobre espuma plástica y con un mango generalmente de este mismo material.
Su principal ventaja es que permiten, al igual que los rodillos, ahorrar pintura y no dejan marcas de pelos ni brochazos. Sin embargo, estas almohadillas no pueden emplearse sobre texturas como el gotelé, que dificultan su desplazamiento. Sobre estas superficies su rendimiento se ve mermado porque, al aplicar una capa mas fina de pintura, el acabado rugoso impide que ésta se adhiera de forma regular.
Lo mas recomendable es emplear las almohadillas con pinturas acrílicas, mucho mas fluidas que las vinílicas. No son de mucha utilidad a la hora de pintar con esmalte, porque los disolventes que se emplean para diluirlos pueden deteriorar la almohadilla con la que lo aplicará.
Su modo de empleo es similar al de un rodillo. Primero deberá hundir la almohadilla en la cubeta de pintura, generalmente se adquieren de forma conjunta, y escurrir el exceso de pintura en la zona estriada o con el rodillo que suelen adjuntar algunas cubetas.
A la hora de pintar, cubra superficies de un metro cuadrado, pintándolas primero con pasadas paralelas y luego perpendiculares.