Muros de pavés para ganar luz

Los tabiques con bloques de vidrio iluminan estancias oscuras o sótanos sin necesidad de construir una nueva ventana
Por EROSKI Consumer 14 de marzo de 2006
Img paves
Imagen: Ian Beeby

En habitaciones oscuras o con poca luz, los bloques de vidrio resultan muy útiles para aumentar la iluminación natural de manera sencilla. Basta sustituir el ladrillo de una pared, o parte de ella (a modo de ventana), por bloques de pavés. Este material se puede adquirir transparente o translúcido, con una oferta de colores muy variada.

Hay que confirmar que el muro que se va a derribar no es una pared maestra ni dispone de canalizaciones, ya que en ese caso se pondría en peligro la estabilidad de la vivienda. Para iluminar estancias subterráneas, como sótanos, el pavés es también muy práctico siempre que sea posible colocarlo en el suelo de la habitación superior. No obstante, ante cualquier duda, es recomendable consultar con un profesional la viabilidad de las obras.

Varillas y mortero

Los bloques de pavés tienen, en su mayoría, forma cuadrada. Las dimensiones más frecuentes alcanzan los 20 centímetros de lado. Entre sus principales ventajas, destaca la posibilidad de permitir el paso de la luz a la vez que protege del exterior. Su resistencia los convierte en un buen aislante térmico y acústico.

En cuanto a la construcción de un muro de pavés, los dos elementos básicos son: varillas galvanizadas de hierro o acero (de unos 6 mm de diámetro) para levantar la estructura que soporte los bloques y mortero para unir el pavés a las varillas. Si se prefiere, se pueden emplear perfiles de madera o plástico para la estructura.

El mortero rellena los huecos que quedan entre bloques, los fija a las varillas y remata las juntas

Los trabajos comienzan con una lechada de mortero de unos cuatro centímetros sobre la que se colocan las primeras varillas. Éstas se instalan de manera horizontal y vertical, dando forma a los cuadros en los que se ubicarán los bloques. Para reforzar el tabique, es conveniente colocar dos varillas en posición horizontal y unirlas entre sí con alambre fino. Así se afianza la unión y se crea una base más estable para los bloques de vidrio. Es aconsejable intercalar el pavés entre las varillas a medida que se colocan.

Por su parte, la función del mortero es rellenar los huecos que quedan entre los bloques, fijarlos a las varillas y rematar las juntas. Existe mortero especial para tabiques de pavés, en lugar de la tradicional silicona. Éste se aplica con una paleta o llana y se retira el exceso con una esponja húmeda antes de que endurezca.

Separar los bloques

Para que la distancia entre bloques sea la misma, se utilizan distanciadores de juntas. Estos se sitúan en cada uno de los lados del bloque para que quede la misma distancia en todo el perímetro. De acuerdo a las juntas, que oscilan entre 2 y 20 milímetros de ancho, se elige la medida de los distanciadores.

Hay que colocarlos antes de que el mortero endurezca y retirarlos cuando comience a fraguar. De lo contrario, si se espera demasiado tiempo, será imposible retirarlos. Otra posibilidad es utilizar perfiles de plástico o metálicos, que se pegan con una masilla tipo silicona o una pasta específica.

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