Pintar superficies con precisión

Para quitar el exceso de pintura se recomienda esperar a que la mancha se seque
Por EROSKI Consumer 14 de mayo de 2002

En muchas ocasiones, la superficie a pintar se trata de una zona donde resulta primordial no salirse del espacio determinado. Para llevar a cabo esta tarea de precisión se pueden seguir una serie de medidas prácticas.

El primer truco se puede llevar a cabo si se pinta sobre una superficie rígida y dura. Consiste en pegar cinta adhesiva coincidiendo con el límite de la superficie a pintar. De esta manera no habrá problemas de sobrepasarse o salirse del espacio fijado, ya que quitando simplemente la cinta, se ajustará la pintura a la línea.

Otra opción válida reside en tapar la superficie con papeles, sujetando los bordes también con cinta adhesiva. Otra sencilla fórmula será coger un trozo de cartón que sirva como pantalla. Se irá pintando y poniendo el trozo de cartón en la línea. El cartón se desplazará a medida que se vaya pintando. Es aconsejable limpiar, con cierta frecuencia, el trocito de cartón.

Cálculos para emplear la cantidad de pintura necesaria

Por otra parte, a la hora de pintar siempre es conveniente llevar a cabo un cálculo preciso de la cantidad de pintura que se precisa. De esta forma se ahorrará en pintura, evitando que queda pintura sobrante, y ésta se eche a perder.

Pero para calcular la cantidad de pintura que se necesita para una tarea en concreto hay que atender a una serie de factores:

1. Espacio que se quiere pintar. Obviamente, el indicador que más influirá en la cantidad de pintura que se va a necesitar es el de las medidas del espacio que se quiere decorar. Es recomendable calcular el perímetro sin descontar las puertas y ventanas. Una vez hechos los cálculos, conociendo los metros cuadrados sobre los que se tiene que trabajar, la referencia a tener en cuenta es que un litro de pintura plástica con base acuosa permite cubrir de 12 a 14 metros cuadrados en superficies en buen estado.

2. Material de la superficie a pintar. También es conveniente analizar el tipo de superficie a pintar. Si es porosa o se pinta por primera, la cantidad de pintura que se requiere será mayor.

3. Textura de la superficie. Si la superficie es rugosa o tiene relieve, la cantidad de pintura a emplear aumenta.

4. El color de la superficie. Los colores oscuros predominan sobre los claros. Por eso, si se opta por pintar una superficie oscura con un color claro será necesaria más pintura que en el caso contrario. Por otro lado, colores muy diferentes supone tener que aplicar una capa más, lo que puede llegar a ser un gasto de pintura de un 25% adicional.

5. Conservación de la pintura en la superficie. Si ya ha sido pintada anteriormente, hay que prestar atención al grado de conservación de la capa de pintura. Si se conserva bien, se necesitará menos pintura.

En definitiva, el cálculo de la cantidad de pintura necesaria se presenta como uno de los apartados cruciales en la planificación previa del trabajo. Este aspecto resulta importante, ya que si se realiza alguna mezcla es aconsejable prepararla cantidad necesaria para evitar quedarse corto, porque puede suceder que a la hora de preparar el color deseado, las proporciones no sean exactamente las mismas y, en consecuencia, el tono obtenido sea ligeramente diferente.

Eliminar las manchas de pintura

Cuando se pinta cualquier superficie pueden caer manchas de pintura que afean todo el trabajo realizado. Nunca se deberá intentar corregir estos chorretones inmediatamente, porque, sin duda alguna, se empeorará el resultado final. La opción más recomendable consiste en esperar hasta el día siguiente para que dicha mancha se seque. Una vez seca la mancha, con un taquito de madera y una lija se restregará sobre las gotas, trazando con el taco movimientos circulares. El objetivo se centra en allanar toda la superficie al mismo nivel y no dejar una parte más alta que otra. Hay que prestar atención, ya que si se frota en exceso se puede dañar la pintura correctamente aplicada.

Al finalizar la tarea se puede observar que el color resultante es distinto al original. Para solucionarlo, es aconsejable emplear cera en un trapo húmedo y extenderlo por la superficie afectada, también con movimientos circulares. A continuación se dejará secar y se pasará de nuevo un trapo seco sobre la superficie para quitar la cera.

Problemas de adherencia

La mala adherencia de la pintura sobre la superficie que se va a decorar es uno de los principales problemas a los que se enfrenta el pintor sin demasiada experiencia. Este inconveniente se presenta cuando se comienza a aplicar la pintura sobre superficies que no están lo suficientemente limpias, o bien sobre aquellas en las que para su limpieza se hayan empleado materiales a base de silicona o ceras.

Asimismo, antes de pintar sobre una pared es aconsejable comprobar su estado, porque los restos de pintura descascarillada, cal, cola del papel que se haya retirado o pinturas al temple pueden hacer que la nueva capa no se fije correctamente sobre la pared.

Tampoco es fácil pintar sobre pintura vieja o brillante de superficies muy lisas o con la presencia de humedad. Si se detectan humedades, es conveniente estudiar primero de dónde provienen y consultar con un profesional para solventar el problema.

En todos estos casos, la solución pasa, en primer lugar, por retirar el material que impide que se fije la nueva capa de pintura con agua jabonosa o lijando. Una vez se haya eliminado el problema, es aconsejable utilizar primero un material de fondo adecuado a la superficie con el que esté construida la pared, y que permita fijar con mayor facilidad la mano de pintura. Una vez hecho esto, ya se podrá pintar la pared con el color elegido.

La aparición de goterones tras haber dado las dos manos de pintura en la pared también es un problema muy común. Suele producirse debido a la falta de homogeneidad en la pintura aplicada. Para solventarlo es recomendable seguir las instrucciones del fabricante, y remover correctamente el producto antes de proceder a su utilización.

Asimismo, el empleo de disolventes pesados o la aplicación de manos excesivamente gruesas de pintura -es recomendable emplear un rodillo y retirar el exceso de producto con el dosificador de la bandeja-, pueden favorecer la aparición de este tipo de desperfectos. Para solucionarlos también será necesario lijar la zona afectada y pintarla de nuevo.

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