Existen varias cuestiones que hay que valorar antes de plantar un árbol o arbusto pero vamos a detenernos en aquellas que se plantean a la hora de plantar con la raíz desnuda. Lo primero que hay que hacer en el jardín es realizar un agujero más grande del espacio que ocupan las raíces, para evitar que éstas se doblen y se dañen cuando vayan a ser colocadas en su nueva ubicación. Pero puede darse el caso de que la existencia de elementos alrededor, o el poco espacio del que se dispone hayan dado como resultado el cavado de un agujero de menores dimensiones de las que se necesitan.
Si pese a este contratiempo pretende seguir adelante con su trabajo sin modificar la ubicación o ampliar el agujero (ambas decisiones serían lo más recomendable), es vital que las raíces no sufran ni queden mirando hacia arriba, así que cuando vaya a introducir el árbol o arbusto lo mejor es que lo haga entrar girándolo. Así se evitarán daños que podrían ser irreparables en el sistema de raíces del ejemplar. También puede recortar un poco las raíces y, de forma proporcional, la parte aérea del ejemplar que va a plantar para que las necesidades de espacio sean menores.
Como queda dicho, en principio nunca debe introducirse un árbol o arbusto en un agujero más pequeño de lo recomendable, así que este sistema sólo debe utilizarse en último caso, nunca como primera opción.
