El ciprés, un árbol peculiar

Especie muy alta y delgada, el ciprés se emplea de forma ornamental en parques y como cortavientos y pantalla acústica en regiones rurales y agrícolas
Por EROSKI Consumer 6 de septiembre de 2022
ciprés, un árbol peculiar
Imagen: Tama66

Muy alto y delgado, acostumbramos a ver el ciprés en parques, bosques y cementerios. Este árbol  tiene algunas particularidades, tanto en su forma, su longevidad (un ejemplar puede vivir durante varios siglos) y en los usos que se le da, ya sea en su plantación planificada o para qué utilicemos su madera. Este artículo resume estas peculiaridades, así como los cuidados  que necesita. Además, analiza el posible papel que puede desempeñar esta especie como barrera natural contra el fuego.

Características y particularidades del ciprés

El ciprés es una especie peculiar, que según algunos autores procede de Chipre (Cyprus), y estas son sus principales particularidades:

🌿 Nombre científico

El nombre científico del género es Cupressus. Reúne una veintena de especies, de las cuales la más conocida y difundida en nuestro país es la Cupressus sempervirens, llamada también ciprés común, pino ciprés, ciprés mediterráneo o ciprés de los cementerios, por su tradicional presencia en esos lugares. El sempervirens (término que quiere decir «siempre vigoroso») presenta a su vez variantes como la Columnaris, la Pyramidalis o la Stricta.

🌿 ¿Dónde crece?

Existe en casi todas las zonas cálidas y templadas del mundo.

🌿 Principales características

  • Una de las características del ciprés es su rápido crecimiento, sobre todo en sus primeros años de vida.
  • También su larga vida: ¿cuántos años vive un ciprés? un ciprés medio puede vivir hasta 300 años y algunos incluso más. Existen ejemplares muy longevos con más de 1000 años.
  • Otra de sus cualidades está dada por sus dimensiones: pueden alcanzar los 20 metros de altura y su copa no medir más de un par de metros de diámetro.
  • Su forma es también característica. Para las plantas o partes de una planta con esta forma puntiaguda la botánica reserva el adjetivo de «fastigiadas».
  • Sus hojas son muy pequeñas: tienen forma de escama y miden entre 2 y 6 milímetros.
  • Su madera es de color pardo amarillento y de carácter blando, muy usada en la fabricación de muebles, tableros o piezas de artesanía, al igual que la de pino, abeto, chopo, castaño o abedul.

🌿 Distintos usos del ciprés

En Europa tiene un uso ornamental en parques y lugares públicos, mientras que en muchos países de Asia es un típico acompañante de los templos y edificaciones religiosas.

En regiones agrícolas españolas se utiliza como cortavientos, como pantalla acústica natural junto a carreteras y desde hace unos años se habla también de su supuesta capacidad como potencial cortafuegos.

Cuidados de los cipreses

Es una especie muy fácil de cuidar. Pese a que prefiere el sol y los climas más cálidos, el ciprés resiste muy bien el frío, las heladas, el viento y la sequía, así como la contaminación y la escasez de mantenimiento.

Tampoco necesita abonos especiales, aunque conviene nutrir el suelo en otoño con abono orgánico y en primavera con abono mineral. Y no es exigente con el tipo de sustrato, pero prefiere los suelos calizos y sufre más en terrenos salinos y encharcados.

Plagas y enfermedades

Las principales del ciprés tiene su origen en hongos:

⚠️ Oidios

  • Es un hongo que penetra a través de heridas producidas al recortar la planta, además de por insectos y pájaros.
  • Ataca a todas las especies de cipreses del Género Cupressus, pero en distintos grados. Se desarrolla solo en la superficie pero puede matar por completo a un ejemplar.
  • Tratamiento y prevención: conviene evitar la aparición de cochinillas y pulgones. Para tararlo, hay productos específicos contra el oidio. Las partes que hayan sido afectadas no recuperarán su estética anterior.

⚠️ Seiridium cardinale

  • Provoca el conocido como cáncer del ciprés.
  • La infección de árboles sanos tiene lugar a partir de heridas. La enfermedad se inicia en el punto de la corteza por donde ha penetrado el hongo y provoca un cambio de color (va adquiriendo un tono pardo-rojizo). Además, en la zona se forma un chancro lentiforme que produce un exudado resinoso. Si los chancros se extienden pueden llegar a provocar la defoliación y muerte del ciprés.
  • Prevención: no mojar las hojas con el agua de riego, no tener plantaciones muy densas ni podar en las épocas de máxima dispersión del hongo.
  • Tratamiento: podar las ramas afectadas y quemarlas. Después, utilizar productos fungicidas cicatrizantes. Se recomienda la aplicación de productos a base de benomilo.

Poda ¿Cuánto crece el ciprés al año?

El ciprés florece a finales del invierno, mientras que la mejor época para su reproducción es el otoño, tanto por semillas como por injertos y, algunas especies, por esquejes.

Los cipreses tienen un crecimiento anual medio de 45 centímetros en un clima continental mediterráneo. Durante sus primeros años el ciprés no necesita poda y, después, tampoco es fundamental, sino que se hace sobre todo para recomponer su forma. Además, en ningún caso conviene cortar sus ramas bajas. La poda se debe efectuar en los meses de otoño: octubre o principios de noviembre.

El ciprés, ¿barrera contra el fuego?

En el verano de 2012 el ciprés fue noticia. Casi un millar de ejemplares permanecieron sanos en medio de la devastación que produjo un incendio forestal en la localidad valenciana de Andilla. El fuego arrasó 20 mil hectáreas, con toda la vegetación que encontraba a su paso, pero en los 9.000 metros cuadrados (0,9 hectárea) cubiertos por cipreses, solo quemó 12 árboles de un total de 946.

¿Cuál es la explicación? Muchos especialistas se lo preguntaron. Algunos, como los responsables del Departamento de Árboles Monumentales de la Diputación de Valencia, señalaron que el ciprés mediterráneo es una especie que acumula pocas ramas en el suelo y una capa de mantillo muy húmeda. Además, solo un 10% de los ejemplares sufrieron una deshidratación de sus copas.

Varios expertos incluso plantearon la posibilidad de usar líneas de cipreses como cortafuegos para proteger viviendas. Sin embargo, otros argumentaron objeciones basadas en los peligros de introducir especies que no son autóctonas. De hecho, los cipreses que resistieron el fuego no lo son: fueron plantados allí en 1990, como parte de un experimento para probar la resistencia de algunas especies en condiciones adversas.

En declaraciones posteriores a la prensa, Susana Domínguez, directora de la ONG Bosques sin Fronteras, indicó que el motivo principal de que el fuego no hubiera afectado a la mayoría de los cipreses fue la variedad de especies: “La discontinuidad en especie y altura en un bosque es una manera natural de combatir el fuego”. Y añadió que si el fuego invade un campo cubierto solo de cipreses, sí que los quemaría.

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