El empleo de muebles de madera maciza en nuestras cocinas y baños les aporta un aire rústico a la par que sólido. Lo más aconsejable es emplear muebles de madera de tonalidades claras, como el arce, o el haya, para aportar mayor luminosidad a la estancia.
Sin embargo este tipo de estancias ya suelen ser suficientemente luminosas si hemos empleado para alicatarlas azulejos de colores claros, por lo que tampoco sería una mala idea el emplear muebles oscuros para crear un contraste entre ambas superficies.
La gran ventaja de este tipo de muebles es que, debido a su solidez , son muy duraderos si les proporcionamos los cuidados oportunos, aplicarle aceite de linaza cada cierto tiempo, y los tratamos con cuidado.
Sin embargo su precio es mucho mayor que los muebles lacados o los forrados de melanina, y su limpieza también es algo más complicada, al ser materiales más sensibles a la humedad.
Asimismo requieren un mantenimiento mayor al tratarse de materiales vivos, a los que les afectan factores externos como el calor, la humedad, siempre presentes en cocinas y baños, y el propio paso del tiempo.
No obstante si están barnizados con un producto de calidad estos problemas no suelen presentarse. La principal desventaja del barniz estriba en que suele tapar el veteado de los muebles, por lo que suele ser recomendable el empleo de tintes barniz, que permiten dejar a la vista el veteado original de la madera, a la vez que la protegen como si de un barniz se tratara.
