Reforzar un peldaño metálico dañado

Las piezas de refuerzo deben estar bien soldadas para que no se produzcan peligrosos hundimientos
Por EROSKI Consumer 2 de abril de 2003

Es relativamente habitual que el uso acabe dañando los diferentes peldaños de cualquier escalera. Los más perjudicados suelen ser el primer escalón de subida y, sobre todo, el primero de bajada, puesto que es en el que se apoya mayor peso. Si éste es de un material especialmente robusto o está lo suficientemente bien asentado, nunca deberían de existir problemas, pero cuando se trata de un escalera provisional o de un material poco sólido, como pueden ser las escaleras metálicas a las que se recurre mucho en talleres, almacenes o garajes, los problemas están más que asegurados.

A continuación se explican los pasos que hay que dar para reparar y hacer frente a este inconveniente.

Está claro que cuanto más fina sea la chapa de la escalera más posibilidades hay de que se cabe hundiendo hasta provocar el desprendimiento de alguno o ambos lados. Si, además de fina, la chapa de la escalera es alargada, colocar refuerzos va a ser una tarea casi obligada si se quieren evitar peligrosos accidentes.

Cuando se observe que la pieza va a soltarse, se terminará de quitar y ponerse manos a la obra:

1. Se debe empezar limpiando y lijando la chapa que se acaba de sacar.

2. Posteriormente, se colocarán unos refuerzos laterales en forma de cuadrados, para que la plancha que hace de escalón descanse sobre una base que tenga una mayor superficie y por lo tanto mayor resistencia. Habrá que comprobar que ambos refuerzos se encuentran perfectamente nivelados y se fijarán las piezas soldándolas.

3. Si la chapa de escalón además de fina es larga, conviene aplicar un nuevo refuerzo que abarque toda la largura de la parte inferior de la plancha metálica. Una barra de hierro perfectamente ajustada y soldada a los refuerzos laterales (se usará la rotaflex si se considera necesario) será la encargada de asegurar que no se produzcan hundimientos y, por lo tanto, que los extremos no cedan.

Para realizar la soldadura, entre otras recomendaciones, hay que calentar el electrodo en una chapa de prueba para evitar que se pueda pegar cuando se lleve a cabo el verdadero trabajo. Dependiendo de la capacidad del electrodo que se esté utilizando se utilizará una intensidad u otra, pero con 1,5 amperios puede ser suficiente. Sobra decir que siempre que se estén realizando trabajos de soldado deben utilizarse los guantes y las gafas de protección oportunas.

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