Se puede disminuir el ruido de las cisternas antiguas

El problema se soluciona con un tubo de goma
Por EROSKI Consumer 29 de septiembre de 2003

El mayor defecto que puede achacarse a las cisternas antiguas son los tremendos ruidos que provoca el agua que sale del grifo. Esto sucede porque el líquido se proyecta a chorro contra las paredes del propio depósito.

La solución más drástica consistiría en cambiar por completo la cisterna y olvidarse definitivamente de los ruidos. Pero una vez conocido el origen de éstos, se puede encontrar un remedio mucho más económico, que consistirá en colocar, al final del grifo, un pequeño tubo de goma sujeto con una abrazadera o un trozo de alambre de latón enroscado alrededor de sí mismo.

Lo que hay que tener en cuenta para realizar esta tarea es que el trozo de tubo elegido deberá ser lo suficientemente largo como para permitir que el agua caiga al fondo de la cisterna, sin salpicar con demasiada violencia, con el objetivo de reducir los molestos ruidos.

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