Sistemas de apagado automático de la corriente eléctrica

Algunas casas mantienen sus plomos o fusibles, pero el sistema magneto-térmico es el más recomendado y eficaz para la seguridad ante problemas con la corriente eléctrica
Por EROSKI Consumer 8 de enero de 2004
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Imagen: teleniek0

Existen tres tipos de sistemas que cortan la corriente de manera automática cuando detectan algún problema en el circuito de electricidad: los plomos, los fusibles o el más moderno y recomendado sistema magneto-térmico. Esta protección es fundamental para garantizar la seguridad de los usuarios y de los aparatos conectados a la red eléctrica. El artículo siguiente detalla las características de cada sistema y los consejos para afrontar posibles inconvenientes.

Protección para los circuitos eléctricos

Las instalaciones y los circuitos eléctricos en las casas deben estar en perfectas condiciones y protegidos según lo que establece la legislación actual, con el fin de garantizar la seguridad de las personas y también de evitar que cualquier subida de tensión o cortocircuito cause daños a los electrodomésticos o incluso incendios. Los circuitos deben contar con un sistema que corte de manera automática la corriente si la intensidad es muy elevada, si hay una sobrecarga en el consumo o si se produce un cortocircuito.

El sistema debe desconectar la electricidad cuando hay una sobrecarga en el consumo o si se produce un cortocircuito

En la actualidad conviven todavía tres tipos de sistemas de apagado automático de la corriente eléctrica, desde el más antiguo (de plomos) hasta el más moderno y recomendado (el magneto-térmico), que se utiliza en todas las instalaciones de las construcciones modernas desde hace varios años. A continuación se detallan las características de cada uno.

  • Plomos: este fue el primer sistema de protección empleado en los hogares españoles. Constaba de unas pequeñas barras de cerámica con terminales de plomo, que se fundían cuando se detectaba un problema de tensión o una fuga a tierra. De este sistema primigenio se deriva la expresión «fundirse los plomos» o «saltar los plomos», que aún hoy es la más común en el habla coloquial para referirse a este problema, pese a que los plomos se han sustituido en la mayoría de las casas y edificios.

  • Fusibles: fue la segunda alternativa para la protección de los circuitos eléctricos. Un fusible es un dispositivo que se coloca en algún punto intermedio de la conexión eléctrica y que detecta, a través del aumento de temperatura que experimenta un conductor, cuándo la intensidad de la corriente eléctrica supera los límites que garantizan la seguridad de los usuarios y los aparatos conectados a la red. En ese momento, el fusible se funde y el flujo de energía se corta, para evitar que se produzca un incendio o que se quemen los circuitos de los electrodomésticos. Los fusibles presentan, con respecto a los plomos, la ventaja de que son mucho más sencillos de cambiar.

  • Sistema magneto-térmico: es el más moderno, extendido y recomendado. Se usa en todas las nuevas construcciones desde hace varios años. El sistema completo incluye varias partes, entre las cuales se distinguen algunas instaladas por la compañía y que no pueden ser manipuladas por los usuarios (el contador y el interruptor de control de potencia, ICP) y otras que sí (el llamado cuadro eléctrico de la casa).

El sistema magneto-térmico permite que un problema en un punto de la red no obligue a cortar todas las demás líneas

El cuadro eléctrico posee varios interruptores. Por un lado están el térmico general, que sirve para cortar y permitir el acceso de corriente eléctrica a toda la casa, y un diferencial, que salta cuando hay una fuga a tierra. El diferencial, además, incluye un sistema que permite comprobar que la instalación funciona de manera correcta. Por otro lado, existe un dispositivo compuesto por un interruptor magneto-térmico que, según la potencia contratada, limita el consumo, y se activa y corta la corriente cuando esa potencia es superada. Además, el cuadro dispone de los interruptores correspondientes a cada uno de los sectores de la casa. Una disposición frecuente es que se coloque uno para la iluminación, otro para cada uno de los electrodomésticos que más consumen y que permanecen siempre conectados a las mismas tomas (vitrocerámica o inducción, horno, lavadora, lavavajillas, etc.) y un tercero para el resto de los enchufes.

Estos interruptores dejan cortar el paso de electricidad a sectores diferenciados de la casa, para que la existencia de un problema en un punto de la red no impida que se puedan mantener conectadas las demás líneas. Otra gran ventaja de este sistema con relación a los anteriores (plomos y fusibles) es la facilidad con la que permite reestablecer la conexión cuando «saltan los plomos»: basta con accionar una pequeña palanca.

Consejos para afrontar problemas con la corriente eléctrica

La recomendación más importante es actualizar el sistema de apagado automático de la corriente eléctrica, en caso de que aún se posea uno de plomos o fusibles, por el magneto-térmico. También se aconseja que todos los habitantes de la casa sepan cómo manejar el sistema, ya sea cambiar los plomos o los fusibles, o bien, si se posee el magneto-térmico, qué palancas e interruptores se deben accionar.

Asimismo, puede resultar de mucha utilidad guardar una linterna en un lugar bien identificado, de fácil acceso y cercano a la zona de plomos o fusibles o al cuadro eléctrico. En el mismo sentido, conviene saber dónde hay pilas de respuesto por si las colocadas en la linterna se han gastado. En la actualidad, muchos teléfonos móviles incluyen una función que permite utilizarlos como linternas, pero aun en esos casos es recomendable tener siempre una alternativa (si el móvil se queda sin baterías no se podrá encender, si no hay electricidad no se podrá cargar, etc.).

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