Tableros ligeros: ahorro de tiempo y costes

Las planchas atamboradas son muy manejables y reducen el uso de materia prima en la fabricación de mobiliario
Por EROSKI Consumer 5 de agosto de 2004
Img tablero listado
Imagen: Moss Doerksen

El ahorro es una prioridad en la mayoría de los hogares. Por ello, a la hora de elegir materiales para la vivienda o durante su reforma se buscan alternativas económicas, pero seguras. En el caso de la madera, los tableros han ampliado las posibilidades. Compuestos a partir de astillas o virutas de madera, en general, reducen los gastos sin mermar la calidad.

Entre otros, se pueden adquirir tableros de fibras, contrachapados o atamborados. Estos últimos han ganado terreno recientemente gracias a su ligereza y una gran variedad de aplicaciones. Se utilizan en la fabricación de puertas, mobiliario, encimeras de cocina o diferentes estructuras para la oficina y el hogar.

Manipulación y resistencia

A pesar de ser ultraligeros, los tableros atamborados se caracterizan por una gran resistencia. Utilizan menos materia prima, lo que se traduce en una bajada del precio, y presentan una estructura sándwich: las cubiertas son laminadas, aglomeradas, de fibras de densidad media (DM), de alta densidad (HDF) u otras, mientras que el interior está formado por panal de abeja o cartón.

Presentan una estructura sándwich, con interior de panal de abeja o cartón

De acuerdo a su composición, estos tableros tienen un grosor de entre 16 y 100 milímetros. Este factor determina los usos, el peso y la facilidad de manipulación de cada tablero. Asimismo, es posible decorar las cubiertas, pintarlas, darles la forma deseada o fijar herrajes en ellas sin riesgo de rotura.

Inconvenientes

La versatilidad de los tableros los ha convertido, prácticamente, en imprescindibles en la fabricación de muebles. La construcción de piezas macizas supondría el uso de una importante cantidad de madera, con el consiguiente aumento en la tala de árboles y en el precio final del mueble.

Sin embargo, los tableros atamborados deben todavía superar un inconveniente: la mejora del canteado y de su estabilidad. El proceso habitual consiste en el encolado de los cantos en los laterales de las cubiertas, aunque en ocasiones ocurre que los bordes se comprimen durante el tratamiento posterior, lo que altera el resultado final.

Otro factor que influye en el canteado es el grosor de los tableros. Cuanto más delgadas son las cubiertas, menor es la superficie de adherencia y, por lo tanto, la dificultad de encolado de los perfiles aumenta. Esta situación obliga, en ocasiones, a emplear cantos de apoyo sobre los que se colocan los cantos decorativos definitivos.

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