Truco efectivo para retirar la pintura reseca de brochas, pinceles y rodillos

Su cuidado y mantenimiento resultan importantes para lograr que estos utensilios estén en perfectas condiciones
Por EROSKI Consumer 5 de noviembre de 2003

La falta de cuidado, unida a la falta de tiempo, hace que en ocasiones el material de bricolaje se resienta y se deteriore, o no esté en perfectas condiciones para posteriores usos. Un ejemplo ilustrativo es lo que ocurre con las herramientas que se emplean en cualquier trabajo de pintura, tales como brochas, pinceles o rodillos. Así, si estos utensilios se quedan con restos de pintura reseca y endurecida, se dificulta su limpieza y mantenimiento, afectando de forma directa a sus prestaciones, que a la larga invalidan su uso.

También se puede deteriorar el material si se utiliza durante mucho tiempo, dado que el disolvente se evapora, y la pintura, que tiende a espesarse, se deposita entre las cerdas y termina por endurecerse. Para devolver a su estado original los pinceles con restos de pintura reseca o evitar manchar la pared cuando la pintura se haya secado es conveniente peinar las cerdas de la brocha con un cepillo de púas de alambre. Así resultará más fácil quitar, aunque sea a tirones, los restos de pintura reseca. Este cepillo también será válido para retirar el óxido de los metales y la estopa o teflón de las uniones de fontanería.

Además para guardar los pinceles en perfectas condiciones durante unas horas, mientras se descansa o se llevan a cabo otras tareas, bastará con que se envuelva las brochas, los pinceles y los rodillos en una película transparente, de las que suelen emplear en la cocina para envolver los alimentos, y luego introducirlos en una bolsa de plástico. De esta manera se evitará que las cerdas de los pinceles se sequen, siendo más difícil y costoso limpiarlos.

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