Una planta con forma de piedra, el lithops

A la hora de abonarlo deberá emplear un producto específico para cactus
Por EROSKI Consumer 15 de agosto de 2007

Este curioso ejemplar, oriundo de las regiones desérticas de Sudáfrica, tiene un aspecto sumamente singular. El lithops adopta la forma de los guijarros entre los que crece y se oculta.

A pesar de su origen desértico podemos cultivar éste ejemplar en el alfeizar de una ventana soleada. Aunque tiene parentesco con los cáctus no se asemejan a éstos en su aspecto externo, ya que no tienen espinas.

Necesita de una ubicación muy luminosa, dónde reciba los rayos del sol, riegos moderados y ser abonada con un producto específico para los cactus. Aunque sorprenda es un ejemplar que llega a florecer y su flor es muy peculiar, ya que muere a los dos días y aparece únicamente una por planta. Florece a lo largo del verano y el otoño, cambiando su aspecto radicalmente, al producir flores de gran tamaño y con un tallo grueso que parece una rama fina de un árbol. Cuándo las flores se hayan marchitado deberá dejar de regar su ejemplar hasta la primavera

Respecto a sus necesidades de riego apenas requiere atenciones, debido a que al igual que los cáctus sus grandes hojas son verdaderos depósitos de agua. Es un ejemplar carnoso, de tallo corto y con las mencionadas dos hojas carnosas unidas en su base.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube