Baja hasta el 44% el porcentaje de españoles que cree que la economía ha empeorado

El 27% prevé un "lento" aumento de los precios y una tasa de paro estable
Por EROSKI Consumer 28 de julio de 2003

Una encuesta realizada en junio por la Fundación de Cajas de Ahorros Confederadas (Funcas) revela que el 44% de los españoles opina que la situación económica ha empeorado desde principios de año, mientras que el 40% piensa que se ha estabilizado y el 16% que ha mejorado.

Pese al amplio porcentaje de españoles que considera que la economía se ha deteriorado en los últimos meses, esta cifra es inferior a la registrada en la encuesta del mes de febrero, en la que el 58% de los consultados opinaba que la situación económica había empeorado respecto a los meses precedentes, lo que se traduce en una mejora de las expectativas económicas.

En cuanto a la evolución de la inflación y del paro, el 27% de los españoles prevé un «lento» aumento de los precios y una tasa de paro estable, mientras que un 22% confía en el mantenimiento de los precios, pero teme un incremento del desempleo. Sólo el 16% manifiesta unas expectativas muy favorables, al considerar que los precios aumentarán poco y que el paro, en cambio, experimentará una disminución.

Si se considera únicamente la inflación, un 30% de los consultados -frente al 53% del mes de febrero- opina que la economía española ha entrado en un proceso inflacionista, un 34% cree que ha crecido mucho, pero espera que a partir de ahora se estabilice y un 12% considera que no hay problema con los precios. Sobre la economía familiar, el 27% de los españoles cree que su situación no ha cambiado, mientras que un 23% dice que ha mejorado y un 27% que ha empeorado.

Por otro lado, en cuanto al consumo doméstico, las previsiones del Gobierno para este año no variarán de forma significativa su dinamismo, con un ritmo de avance de casi el 3%, avalado por la creación de empleo y un aumento de los salarios del 3,4% de media, a pesar de la precariedad laboral. Desde el Ministerio de Economía se apuesta por una recuperación clara del comercio exterior, que será una aportación negativa al Producto Interior Bruto (PIB) por el mayor gasto en las importaciones que reintegro por las exportaciones.

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