¿Cómo hacer que el dinero crezca en mi cuenta?

Los bancos han creado una serie de estrategias comerciales para mejorar los márgenes de sus cuentas que, sin demasiado esfuerzo, pueden elevarse hasta el 3% anual
Por José Ignacio Recio 23 de octubre de 2015
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Imagen: Gregg O'Connell

La rentabilidad no es una de las principales características de las cuentas de ahorro, ya que ofrecen unos porcentajes mínimos que rara vez exceden del 0,25%. Pero con el objetivo de captar más clientes, los bancos han creado cuentas alternativas que elevan su rendimiento. En unos casos, la entidad ofrece contratar una cuenta de alta remuneración. En otros, se exige la domicilización de la nómina. Pero tampoco faltan recompensas para aquellos con más dinero. Entonces, ¿cómo hacer que el dinero crezca en la cuenta? En este artículo es posible conocer las estrategias para lograrlo.

Imagen: Gregg O’Connell

Cuatro claves para que el dinero crezca en tu cuenta

Una cuenta es un instrumento que tienen los clientes para realizar las principales operaciones bancarias. A la vez, esta herramienta ayuda a rentabilizar los ahorros de manera sencilla y cómoda e incluso no depende de otros activos financieros para obtener remuneración. No obstante, la remuneración es escasa: se mueve en unos márgenes muy bajos, ofreciendo en el mejor de los casos un 0,30% como interés.

Sin embargo, la actualización de estos productos hace que se puedan conseguir cuentas con mayor rentabilidad; no será en exceso, pero sí en casi medio o un punto porcentual sobre las ofertas presentadas a través de las cuentas tradicionales. ¿De qué forma? Por fortuna, hay diferentes propuestas.

1. Contratar una cuenta de alta remuneración

Esta clase de cuentas, sin presentar una oferta muy extensa, generan un rendimiento más elevado. Una cuenta de alta remuneración ofrece un tipo de interés que está en torno al 1%, sin la necesidad de vincularse a otros productos bancarios (tarjetas de crédito, seguros, fondos de inversión…), ni tan siquiera domiciliando la nómina (o pensión).

El único requisito que puede dificultar su contratación es que pueda demandar un saldo más elevado de lo habitual.

2. Domiciliar la nómina: más fácil

Los clientes que opten por domiciliar la nónima estarán en condiciones óptimas de recibir un importe superior todos los años por sus ahorros. A veces esto no será de forma directa, sino por medio de depósitos a plazo que generan una rentabilidad más alta. En los modelos más agresivos puede llegar hasta el 5%.

A cambio, los depósitos son válidos para periodos de tiempo breves, entre tres y seis meses aproximadamente, y sus aportaciones están limitadas a tramos muy cortos.

3. Cambiar de divisa, pero con riesgos

Otra alternativa a la que pueden acogerse los usuarios para mejorar la rentabilidad de estos productos es contratando las cuentas en otras divisas ajenas al euro (libra esterlina, franco suizo, dólar norteamericano, corona sueca…).

Esta opción, sin embargo, no ofrece completa garantía, ya que depende de las fluctuaciones en los mercados de divisas. Incluso puede provocar el efecto contrario.

4. Saldos más elevados, premiados

La última tendencia que está generando el sector bancario es premiar los saldos más altos de los clientes, a través de propuestas más generosas, que en la actualidad pueden llegar hasta el 3%. Sin embargo, para conseguir este objetivo, es necesario mantener un saldo mínimo en la cuenta de entre 3.000 y 5.000 euros. A medida que los tramos son más altos, el interés que aplican se incrementa. También ocurre vinculando los movimientos de las tarjetas contratadas, pero en ningún caso por medio de la domiciliación de la nómina.

Cuentas para jóvenes: misión imposible

Las cuentas desarrolladas para los jóvenes menores de 30 años tienen más difícil el objetivo de aumentar la remuneración, ya que todas las ofertas se mueven bajo unos márgenes muy estrechos, entre el 0,10% y 0,20%.

Para atraerlos, las entidades utilizan otras estrategias que inciden de manera especial en el ahorro que puede lograrse a través de su contratación. Sobre todo puede conseguirse en la exención de gastos y comisiones en su mantenimiento y administración; también con la obtención de tarjetas de crédito y débito sin cuota anual, al menos durante el primer año; y, al final, como complemento a la oferta, para que puedan realizar las principales operaciones bancarias exentas de gastos (ingreso y emisión de cheques, transferencias ilimitadas y hasta una remesa de efectivo, entre otros servicios). Ni tan siquiera suscribiendo otros productos bancarios alcanzarán un rendimiento mejor.

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