Depósitos a cinco años

La rentabilidad de los depósitos a cinco años se incrementa a medida que pasa el tiempo hasta alcanzar su máximo interés en el último ejercicio
Por José Ignacio Recio 10 de septiembre de 2012
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Imagen: Pete

Las imposiciones a largo plazo, como es el caso de los depósitos a cinco años, brindan una rentabilidad de entre el 2,5% y el 3,5% y pueden suscribirse con un capital bastante asequible para las economías domésticas, ya que en algunos casos es a partir de 1.000 euros. Su remuneración se incrementa cada año hasta alcanzar su máxima cota en el último ejercicio. En el siguiente artículo se explican las características, ventajas e inconvenientes de las imposiciones a cinco años y se ofrecen algunas propuestas de las entidades bancarias.

Máximo interés al quinto año

Un depósito a cinco años es una variante más que ofrecen los bancos y cajas de ahorro para los clientes más conservadores que no quieren correr riesgos con sus ahorros. Lo habitual es que se decanten por una imposición a largo plazo, que les garantice sus ahorros y les permita obtener una remuneración algo superior a las que proporcionan los productos de ahorro a corto plazo. Su tipo de interés es parecido en todas las propuestas de estos modelos de ahorro y oscila entre el 2,5% y 3,5%. El producto puede suscribirse en algunos casos a partir de 1.000 euros.

Las imposiciones a cinco años brindan intereses de hasta el 3,5% y pueden suscribirse desde 1.000 euros

Estas propuestas de renta fija se caracterizan porque, por lo general, son crecientes: su rentabilidad avanza a medida que pasan los años y alcanza su máximo interés el último. Pero para detectar su rentabilidad real hay que hacer la media de los intereses que genera en cada ejercicio. No son ofertas llamativas como las que se brindan a otros plazos de menor duración, tampoco tienen vinculación con otros activos financieros y apenas potencian la relación con la entidad financiera para incrementar su remuneración. Esta sencillez es su característica más acusada.

Por lo que respecta a su contratación, es muy fácil y puede formalizarse por Internet o por teléfono.

Las propuestas de depósitos a largo plazo

La oferta, aunque no es excesiva, es lo suficientemente amplia como para satisfacer a los clientes bancarios.

Unicaja incluye en su oferta de ahorro el Depósito Creciente a cinco años, con rentabilidad asegurada y creciente, sin comisión por cancelación anticipada. Contempla una remuneración especial por ciertas vinculaciones y asegura al depositante la totalidad del capital garantizado. Se puede suscribir desde 6.000 euros. La rentabilidad que genera este producto es del 3,5%, si se cumplen los requisitos de vinculación; y si no, del 3%.

En la misma línea se sitúa el Depósito Creciente a cinco años que comercializa La Caixa, para ofrecer a sus clientes un T.A.E. del 3,25%, que incluye disponibilidad inmediata. Está destinado para aportaciones a partir de 3.000 euros, con un tipo de interés creciente en cada periodo.

El Depósito a cinco años de Self Bank es otra alternativa. Tiene un interés nominal del 2,9% para un importe mínimo a partir de 3.000 euros. Se distingue porque su contratación es por Internet y no es renovable.

Los Depósitos a cinco años de Triodos Bank brindan un interés más bajo (del 2,6%), aunque también es menos exigente: puede formalizarse desde 1.000 euros por depósito, con renovación automática, salvo que se indique lo contrario por parte de sus depositantes. Los canales de contratación de este producto de ahorro son por Internet o vía telefónica.

Lo mejor y lo peor de los depósitos a cinco años

Los depósitos a cinco años, como otras imposiciones a plazo, tienen aspectos positivos y negativos.

Ventajas

    Permiten a sus usuarios olvidarse durante un buen tiempo del proceso: renovación, mejora de las condiciones, etc.
  • En algunos modelos no es necesario esperar a su vencimiento para cobrar los intereses, pues su sistema de remuneración es creciente.

Inconvenientes

  • Supone tener inmovilizado los ahorros durante un periodo muy prolongado, muchos meses quizás, con el riesgo de necesitar en algún momento de su rescate parcial o total.
  • Aunque permiten su rescate, se aplican penalizaciones que pueden gravar la rentabilidad real de estos productos de ahorro a plazo fijo.

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