Números rojos: cómo evitarlos o minimizar su impacto

Solicitar un anticipo de nómina o tener un gestor de finanzas permite esquivar los intereses de hasta el 10% que se pueden cobrar por dejar la cuenta en descubierto
Por Gracia Terrón 26 de marzo de 2012
Img numeros rojos
Imagen: David Neubert

La hipoteca, el colegio de los niños, las facturas… El dinero se va con una rapidez tan sorprendente, que es fácil dejar una cuenta corriente “en paños menores”. Un pequeño fallo en la planificación, un descuido o un gasto inesperado pueden derivar con relativa facilidad en un descubierto bancario, es decir, en números rojos. Cuando esto sucede, la broma sale cara: las entidades pueden cobrar hasta un 10% sobre el dinero que se ha dejado a deber en el banco. De hecho, con la crisis, las comisiones que cobran las entidades por este concepto se han disparado. Bancos y cajas se quejan de que tienen más clientes morosos, por lo que han elevado las comisiones para tratar de evitar este tipo de situaciones. Pero, antes que pagar, el cliente debe pensar en otro tipo de argucias para evitar los descubiertos.

Cómo evitar los números rojos

  1. Gestor de cuentas:

    Llevar al día la gestión de las finanzas domésticas es, sin duda, el consejo más útil que puede permitir evitar caer en un descubierto. En ocasiones, no obstante, es difícil controlar la entrada de dinero mediante ingresos y la salida por gastos. Para ello, es muy útil contar con un gestor de cuentas on line, un instrumento del que disponen ya numerosas entidades financieras. Estas herramientas permiten recopilar todos los datos de ingresos y gastos mensuales. Algunas permiten incluso cargar la posición, dinero y productos financieros que tiene el usuario en cualquier entidad, con lo que se puede lograr una visión global de su situación financiera o particular, por entidades concretas.

    Con este tipo de herramientas, el ahorrador consigue, de un solo vistazo, una impresión global de su economía doméstica, que le facilita la gestión de sus ahorros. Entre otros aspectos, le permite observar si puede estar a punto de entrar en un descubierto en cuenta, para tratar de evitarlo con un ingreso de dinero o incluso con la solicitud de un préstamo puntual. Algunas entidades dan la opción de fijarse presupuestos por categorías de gasto y establecen avisos o alarmas sobre la evolución de los mismos por correo electrónico y sms.

  2. Financiar compras a tipo cero:

    Cuando se llega a una situación de ahogo, para evitar caer en un descubierto en cuenta (que puede obligar a pagar intereses de hasta el 10%), puede ser interesante financiar alguna de las compras del hogar. Algunos establecimientos permiten financiar las adquisiciones a tipos cero de interés. En cualquier caso, cuando se opte por esta alternativa, es fundamental informarse bien de que la operación no conlleva ningún gasto.

    Algunos establecimientos proclaman que financian las compras a tipo cero o a plazos, pero aplican una comisión de entrada, que puede ser del 2% o 3% sobre el capital que se financia.

  3. Anticipo de nómina:

    Otra práctica eficaz para sortear un posible descubierto en cuenta es solicitar un anticipo de nómina. Esta práctica puede llevarse a cabo de dos formas: en la empresa donde se trabaja o en el banco donde se tienen domiciliados los ingresos.

    • Anticipo de nómina en la empresa: cuando el trabajador es un empleado por cuenta ajena, por ley, tiene derecho a solicitar un anticipo de su nómina. Las características de esta práctica, no obstante, pueden variar de unas compañías a otras.

      Por lo general, este derecho está regulado en los convenios de empresa, por lo que aspectos sobre el plazo en el que se pueden pedir o la cantidad de nómina a la que se tiene derecho dependerán del tipo de actividad del que se trate. Si el convenio no contempla esta práctica, el ahorrador puede recurrir al Estatuto de los Trabajadores, donde también está regulado. En este caso, el derecho a pedir un anticipo de la nómina mensual está recogido en el artículo 29. No obstante, la descripción del derecho es bastante vaga. En realidad, cada empresa establece sus criterios.

      Por lo general, por temas administrativos, se puede solicitar un anticipo de nómina entre los días 1 y 20 de cada mes, para que así se pueda cargar en el mismo mes en el que se solicita. En algunas empresas, el anticipo de nómina se cobra en los mismos días del mes en los que se carga el salario habitual. En otras, sin embargo, el anticipo de nómina se consigue solo unos días después de solicitarlo. Del mismo modo, algunas compañías dan anticipos de nómina del 100% y otras optan solo por un porcentaje (de hasta el 80%), para evitar problemas de tesorería.

      La cantidad que se puede solicitar, en cualquier caso, dependerá del volumen de la nómina. Algunas empresas no anticipan cantidades superiores a 3.000 o 6.000 euros. En algunos casos, las empresas acceden a dar un anticipo por más de una nómina mensual (dos o tres nóminas, si así lo estiman oportuno).

      Solicitar un anticipo puede ayudar a resolver un descubierto puntual, pero hay que tener en cuenta que se debe devolver a la empresa. En este caso, el trabajador puede elegir no cobrar la nómina del mes siguiente (si ha solicitado solo un mes de anticipo), que es lo más habitual, o negociar con la empresa prorratear el «préstamo» en varios meses.

    • Anticipo de nómina en el banco: las entidades financieras dan la opción de solicitar un préstamo por el valor de la nómina o varios múltiplos de esta. Por lo general, es un préstamo con tipos de interés más bajos que en los préstamos personales o que, incluso, alcanza tipo de interés cero.

      Las condiciones serán negociables con el cliente y variarán mucho, en función de las cantidades solicitadas y de la solvencia o capacidad de pago del cliente. Este préstamo solo puede solicitarse en el banco donde se tiene domiciliada la nómina.

Gestionar un descubierto para minimizar su impacto

Sufrir un descubierto en cuenta puede convertirse en una experiencia traumática. En primer lugar, porque pone de manifiesto que las finanzas del usuario no pasan por un buen momento. En segundo lugar, por la cantidad de gastos y de trámites que exigen hacer las entidades financieras para subsanar el caso. En los últimos años de crisis, las comisiones asociadas a un descubierto se han incrementado a tasas anuales alrededor del 5%.

En cuanto se tenga un descubierto, hay que ponerse en contacto con la entidad para evitar pagar la comisión por reclamación, la más cara

El ahorrador debe tener en cuenta que es una operación que implica varias comisiones:

  • La entidad cobra una comisión por descubierto, por el mero hecho de dejar la cuenta en números rojos y que el banco tenga que poner dinero para cubrir todos los gastos que se han cargado.

  • En segundo lugar, cobra una comisión denominada de reclamación de descubierto, por las gestiones que tiene que hacer (llamadas de teléfono o correos ordinarios) para informar al cliente y solicitar la devolución del capital prestado.

    En los últimos años, ambas tarifas no han dejado de crecer. En 2010, la comisión por descubierto media se situaba en el 3,94%, con un mínimo de 12,05 euros. Ahora, se sitúa en el 4,23% sobre el capital en números rojos, con un mínimo de 13,57 euros. Esto implica una subida del 12% en solo un año. Si nos remontamos a 2006, el encarecimiento supera el 66% (en 2006, la comisión media era de 8,15 euros).

    Respecto a la comisión de reclamación de descubiertos, en 2010 se situaba, de media, en 31,15 euros. A cierre de febrero de 2011, esta misma comisión ya alcanza 32,65 euros. En poco más de un año se ha encarecido un 4,81% y, en los últimos cinco años, ha subido un 24% (en 2006, la reclamación del descubierto costaba 26,21 euros, de media).

    Por ley, no obstante, las entidades no pueden cobrar por un descubierto más de dos veces el límite legal del dinero (que se sitúa en el 4% en la actualidad), es decir, la comisión máxima no puede superar el 10%.

Una vez que se ha producido el descubierto, para minimizar su impacto, lo mejor es ponerse en contacto con la entidad cuanto antes. Esto puede evitar tener que pagar la comisión por reclamación de descubierto (la más cara). Por lo general, las entidades envían cartas a sus clientes para informarles de que han dejado la cuenta en números rojos.

Si el cliente consigue ponerse en contacto con la entidad antes de que esto suceda, puede evitar el pago de esta comisión (superior a los 30 euros, de media). La negociación, además, puede ayudar a reducir el coste del descubierto. Hablar con el director o comercial de confianza puede surtir efecto en la exención o reducción de las comisiones solicitadas.

La vinculación del ahorrador con la entidad, es decir, el número de productos que tenga contratados, determina el camino de las negociaciones: cuantos más activos se tengan, más posibilidades hay de lograr una supresión de las comisiones por descubierto.

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