Ante las dificultades por las que pasa la economía de las familias, que a duras penas llegan a fin de mes, no es de extrañar que, al margen de las reacciones macroeconómicas, los ciudadanos se pregunten en qué consiste la rebaja de los tipos de interés, cómo les afectará a partir de ahora que el dinero valga menos y qué repercusiones tendrá sobre sus cuentas personales. En el siguiente artículo se detallan las consecuencias de esta bajada histórica de los tipos de interés, que notarán de manera especial los hipotecados, y es posible que también los inversores.
Beneficios para hipotecados e inversores
La bajada histórica de los tipos de interés de la zona del euro al 0,25% ha supuesto una gran sorpresa para los mercados financieros. No en vano, es el precio que los bancos pagan para que les presten dinero, ahora que la financiación a particulares está bajo mínimos como consecuencia de los problemas derivados por la crisis económica.
El consumo será mayor generando más empleo y un creciente impulso a la recuperación económica
Si bien este recorte en un cuarto de punto en el precio del dinero tiene como objetivo prioritario impulsar la economía europea, y en especial la recuperación en los países periféricos (España, Italia, Portugal…), también tendrá alguna repercusión sobre los consumidores, y que en principio serán los hipotecados y los inversores los que saldrán mejor parados de esta importante decisión.
Repercusiones de la bajada
No es de extrañar que los ciudadanos de a pie se pregunten en qué consiste la bajada de los tipos y cómo les afectará a partir de ahora que el dinero valga menos. Los efectos que tendrá la rebaja de un cuarto de punto en el precio del dinero no se trasladará de inmediato a la economía real, pero sí se sabrá qué sectores de la sociedad saldrán más beneficiados y perjudicados por la aplicación de esta medida.
Hipotecados: saldrán beneficiados, pues la rebaja de los tipos de interés ayudará a reducir las cuotas hipotecarias, debido a la íntima relación entre el precio del dinero y el índice de referencia europeo (al que están vinculadas casi el 85% de las hipotecas en España) y cuya tasa se toma como punto de referencia para calcular las cuotas de las hipotecas. Así que es presumible que si los intereses caen, también baje el euríbor y, por tanto, los usuarios pagarán menos por su crédito hipotecario.
Ahorradores: verán mermada la rentabilidad en los ahorros. Uno de los efectos de la rebaja en los tipos de interés será la caída en la rentabilidad de los productos de renta fija: imposiciones, pagarés, cuentas remuneradas, etc. A la menguada rentabilidad de estos productos bancarios, se une la nueva medida, que puede reducir aún más el limitado atractivo que generaban entre los ahorradores. Un escenario con depósitos y pagarés al 0,5% y con las letras del Estado en la barrera del 1% no es descartable para los próximos meses, con lo cual la rentabilidad no llegará a cubrir las necesidades mínimas de los ahorradores, en muchos casos por debajo del encarecimiento de la vida. Para incrementar la rentabilidad de los ahorros no habrá más remedio que asumir más riesgos, fundamentalmente a través de la renta variable.
Financiación: será más barata, ya que la mayor liquidez permitirá que la banca obtenga financiación a precios más asequibles. Ello, unido a unos tipos de interés en mínimos, invita a pensar a que la tendencia a la baja en los intereses sea una realidad para los demandantes de créditos. Ahora habrá que comprobar cuál será la decisión de las entidades bancarias sobre este tema.
Consumo: se incrementará, pues al reducirse las cuotas de los créditos hipotecarios, sus titulares dispondrán de mayor dinero en sus cuentas corrientes que podrán destinar para aumentar el consumo. Esto incidirá en un mayor dinamismo de la economía nacional, generando más empleo y un mayor impulso a la recuperación económica.
Los efectos que tendrá el recorte en el precio del dinero en los mercados de renta variable no están del todo claros, aunque, como apuntan algunos analistas bursátiles, esta medida incidirá en que las Bolsas sigan subiendo.
En este sentido, hay que recordar que los periodos de intereses bajos (como el actual) son más favorables para que la evolución en los mercados bursátiles sea alcista. Y, al contrario, cuando el precio del dinero es más caro, las Bolsas descuentan este encarecimiento.
Por otro lado, las Bolsas pueden ser el destino natural de muchos ahorradores que, ante la nula rentabilidad de los productos de renta fija (depósitos, pagarés, bonos, etc.), desvíen sus ahorros hacia la variable para incrementar su patrimonio, bien a través de la compra de acciones en los parqués bursátiles o por medio de fondos de inversión, en su doble modalidad de renta variable y mixtos.