La gran difusión del dinero de plástico, concretado a través de las tarjetas de crédito, exige al usuario tomar una serie de precauciones como consecuencia de los robos e irregularidades al que está sometido el usuario del mismo. Estos consejos se concretan en los puntos que se detallan a continuación:
–A la hora de contratar una tarjeta, lea detenidamente las condiciones generales del contrato, en el que se especifican los derechos y obligaciones de las partes. Además, pregunte a la entidad bancaria por el importe anual de los costes de las diferentes operaciones.
–Firme su tarjeta de crédito en cuanto la reciba y destruya todas las tarjetas caducadas que tenga en su poder. Por otra parte, conviene guardar en un lugar seguro aquellas que no se utilicen habitualmente.
–En caso de pérdida o robo de la tarjeta, siempre deberá notificarlo por teléfono a la entidad con la mayor brevedad posible, para evitar responsabilidades por el uso fraudulento. Además, es conveniente acudir posteriormente a la entidad para acreditar el extravío por escrito.
–Compruebe periódicamente las operaciones realizadas y conserve la documentación acreditativa de las mismas para evitar posibles errores.
–Notifique inmediatamente a la entidad cualquier irregularidad como el cargo en su cuenta de cualquier transacción no autorizada.
–No olvide las fechas en que los cargos de las tarjetas deban ser atendidos y mantenga saldo suficiente en la cuenta, puesto que los intereses por impago suelen ser muy elevados.
–En los establecimientos en los que se haga publicidad de la aceptación de tarjetas como medio de pago, siempre deberán ser admitidas, incluso en periodos de rebajas.
–Exija la aplicación de la limitación de responsabilidad de 25.000 pesetas recogida por la correspondiente reglamentación europea.
–Tenga cuidado con las tarjetas de crédito ya que pueden fomentar comportamientos compulsivos, un consumo desorbitado y, por tanto, el endeudamiento.
