9 trucos para ahorrar y gestionar tus finanzas en 2021

La regla 50/30/20 nos ayudará a decidir cuánto dinero deberíamos ahorrar cada mes. Te damos varios consejos prácticos para cuidar tus finanzas durante todo el año
Por Javier Mezcua, Helpmycash 25 de enero de 2021
dinero ahorrar
Imagen: WFranz

Ahorrar, ese es el objetivo que se proponen muchos españoles a principios de año. Durante 2020, muchos lo lograron, aunque de manera involuntaria. El confinamiento domiciliario y el parón comercial provocó que la tasa de ahorro de los hogares se disparase en el segundo trimestre del año. Sin embargo, ahora que hemos recuperado la movilidad, aunque con restricciones, a muchos les puede resultar más difícil cumplir este objetivo. ¿Qué podemos hacer para conseguir ahorrar en 2021?

Trucos de ahorro y gestión financiera

1. Analizar los gastos

El primer paso para conseguir ahorrar es analizar nuestros gastos. Para ello, podemos revisar el extracto de nuestra cuenta corriente y de nuestra tarjeta, lo que nos permitirá detectar si dedicamos demasiado dinero a ciertas actividades y en qué partidas podemos ahorrar. Además, seremos conscientes de a cuánto ascienden nuestros gastos fijos (recibos del hogar, alquiler o hipoteca, alimentación, seguros, gimnasio…).

Algunas aplicaciones bancarias se encargan de categorizar de forma automática todos los gastos, lo que nos ayudará a ver con rapidez a qué destinamos nuestro dinero. Otra opción para tener controladas nuestras finanzas es anotar todos los pagos que hagamos, desde las compras con tarjeta o en efectivo hasta los recibos, algo que podemos hacer con facilidad con la ayuda de una app gratuita.

2. Elaborar un presupuesto y ceñirnos a él

Una vez analizados los gastos, el siguiente paso es elaborar un presupuesto acorde a nuestros ingresos y ceñirnos a él. Esto nos ayudará a evitar las compras impulsivas y los gastos innecesarios.

3. Acostumbrarse a ahorrar

Es importante interiorizar este hábito. Solo así conseguiremos ser constantes. Si no sabemos cuánto dinero ahorrar cada mes, podemos distribuir nuestros ingresos según la regla 50/30/20: la mitad para los gastos esenciales, el 30 % para los gastos prescindibles y el 20 % para ahorrar. Así, si ganamos 1.500 euros al mes, deberíamos guardar 300. Podemos fijarnos objetivos de ahorro para tener un aliciente que nos ayude a guardar parte de nuestros ingresos mes a mes.

4. Abrir una cuenta de ahorro

Separar el dinero destinado al ahorro de los fondos para el día a día no solo nos servirá para ver cómo va creciendo nuestro colchón financiero, sino que además evitará que caigamos en la tentación de gastar más dinero de lo planeado y alejarnos de nuestro presupuesto. Podemos abrir una cuenta remunerada con una rentabilidad atractiva y transferir el dinero ahorrado para que genere intereses. Para hacer más sencillo el trámite, podemos programar una transferencia automática desde nuestra cuenta principal que se produzca al inicio de cada mes.

5. No pagar comisiones al banco

Tener una cuenta corriente y una tarjeta nos puede costar hasta 240 euros al año. La banca ha subido las comisiones de los productos básicos y ha endurecido las condiciones para no pagarlas. Si abonamos comisiones o nuestro banco nos ha enviado una notificación en la que nos informa de que nos encarecerá próximamente el precio de nuestra cuenta, podemos cambiar de banco y abrir una cuenta sin comisiones en otra entidad que, además, no exija ningún requisito de vinculación o que tenga unas condiciones asequibles.

6. Vigilar los gastos hormiga

Las compras impulsivas son el enemigo del ahorrador, pero también lo son los gastos hormiga, es decir, aquellos pagos de pequeño importe a los que apenas prestamos atención pero que, a la larga, suponen una cantidad considerable. Las bolsas de plástico del supermercado o el café de la mañana en un bar son dos casos. Debemos identificar nuestros gastos hormiga y valorar si podemos eliminarlos o reducirlos. Nos daremos cuenta de que algunos son muy fáciles de evitar. Por ejemplo, podemos llevar siempre con nosotros una bolsa reutilizable y así no tener que pagar entre cinco y diez céntimos por cada bolsa de plástico que pidamos en los comercios.

Gastos hormigaImagen: cocoparisienne

7. Revisar los recibos

Podemos ahorrar decenas de euros si revisamos las tarifas que tenemos contratadas de luz, gas, móvil o Internet. Los proveedores de suministros lanzan continuamente nuevas ofertas y cabe la posibilidad de que las tarifas que tengamos contratadas no resulten las más económicas. Por ejemplo, según un informe reciente de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), seis de cada diez consumidores de luz tenían contratada una tarifa del mercado libre en 2019, a pesar de que la tarifa PVPC era, de media, alrededor de un 17 % más barata.

8. Comparar productos y servicios

Comparar el precio de las gasolineras o de los supermercados nos ayudará a gastar menos dinero. Así, podemos ahorrar de media casi 1.000 euros al año si compramos en el súper más barato, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) publicado en octubre. Asimismo, de acuerdo con los datos publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica, en función de la estación de servicio a la que acudamos podemos pagar hasta 52 céntimos más por litro de gasolina 95 o hasta 50 céntimos más por cada litro de gasóleo. Si repostamos 50 litros al mes, la diferencia entre acudir a las gasolineras más baratas o a las más caras de la península puede ser de unos 300 euros al año.

9. Gasta menos en casa

Podemos ahorrar en nuestra factura de la luz apagando los electrodomésticos que no usemos en lugar de dejarlos en stand by. Por ejemplo, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), no apagar por completo el televisor puede suponernos más de 40 euros al año. Si queremos mantener a raya nuestros recibos, es aconsejable lavar la ropa con agua fría, ya que la mayoría de la energía que usa una lavadora sirve para calentar el agua. Si tenemos calefacción, podemos fijar el termostato en 21 grados, que es la temperatura que recomiendan los expertos; cada grado extra incrementa la factura un 7 %. Bajar en exceso la temperatura del frigorífico también aumentará el consumo de energía, en concreto un 5 % por cada grado menos. La Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos señala que la temperatura de la nevera deberá ser de cuatro grados o menos y que el congelador deberá estar a -18 grados.

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