La desgravación por compra de vivienda se mantendrá sin cambios con un tope anual de 9.015 euros

La reforma del IRPF, cuya entrada en vigor se retrasa hasta 2007, incentivará los seguros privados de dependencia
Por EROSKI Consumer 31 de marzo de 2005

La reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que el Gobierno quiere llevar en otoño al Parlamento mantendrá sin cambios la desgravación por compra de vivienda con un tope anual de 9.015 euros, aunque se pretende que el porcentaje deducible se quede en el 15% (ahora puede llegar al 25%).

Asimismo, incentivará los seguros privados de dependencia, destinados a cubrir los gastos de asistencia a mayores y personas que no pueden valerse por sí mismas, e introducirá limitaciones en los planes de pensiones, dirigidas por un lado a reducir el máximo de aportaciones deducibles y, por otro, a potenciar su percepción como renta periódica.

La reforma fiscal tendrá efectos para los ciudadanos en las declaraciones de Hacienda de 2008, un año después de lo anunciado por los miembros del Ejecutivo

Éstas fueron las principales novedades apuntadas ayer por el vicepresidente económico, Pedro Solbes, durante la presentación de la reforma fiscal que, frente a las previsiones iniciales, retrasa su entrada en vigor hasta enero del año 2007, un año después de lo anunciado por los miembros del Ejecutivo. El motivo es que los aliados parlamentarios del PSOE, ERC e IU, vinculan su apoyo al resultado de la modificación de la financiación autonómica y el déficit sanitario.

Las principales modificaciones apuntadas no depararon sorpresas sobre lo conocido en el último mes. El propio ministro, que aprovechó su presencia en un acto ajeno a su departamento -la presentación de un número extraordinario de la revista del Colegio de Economistas- para darlas a conocer, dejó claro que, por ahora, sólo podía adelantar «algunas líneas estratégicas».

Por ello, el vicepresidente no concretó si el número de tramos del IRPF quedará al final en tres o cuatro frente a los cinco actuales, aunque sí insinuó con más claridad que el tipo máximo bajará del 45% hasta el 42% para acercarlo a la media europea. También está previsto triplicar el mínimo exento, situado ahora en los 3.400 euros, mientras que el tipo bajo (15%) se reduciría poco más de un punto o quedaría igual.

Circunstancias familiares

Solbes explicó que, en cualquier caso, los cambios que se introducirán en el IRPF, que tendrán efectos para los ciudadanos en las declaraciones de Hacienda de 2008, serán «pocos y meditados» y tendrán como objetivo beneficiar a las rentas del trabajo; recuperar la equidad en el tratamiento de las circunstancias familiares y personales; mejorar la sencillez y eficiencia del impuesto; mantener la suficiencia en la recaudación, y disminuir el fraude fiscal.

En cuanto a la recuperación de la equidad en el tratamiento de las circunstancias personales y familiares, la reforma fiscal pretende que la reducción del mínimo personal y familiar no beneficie más a quienes tienen rentas más altas. Con el actual sistema de deducción en la base imponible, un contribuyente que gane 10.000 euros y tenga un hijo se deduce por él 210 euros; sin embargo, si los ingresos son de 60.000 euros anuales, la deducción se eleva hasta los 630 euros. El nuevo IRPF modificará el tratamiento fiscal suprimiendo el actual trato discriminatorio en función del nivel de renta y mejorando la equidad horizontal del impuesto.

Mínimo exento

Uno de los objetivos teóricos de la reforma es «disminuir la carga tributaria soportada por las rentas del trabajo» (que aportan el 84% de los ingresos por esa vía), y por ello pretende triplicar el mínimo exento, situado ahora en 3.400 euros, mientras que el tipo bajo (15%) se reduciría poco más de un punto o quedaría igual.

En la fiscalidad del ahorro también se introduciría un mínimo exento, en torno a los 3.000 euros, si bien esta posibilidad aparece vinculada a una subida del tipo de tributación para las plusvalías (que podría pasar del 15% al 18%), que se unificaría con el que se aplica a todos los productos que generan rendimientos (cuentas, seguros, depósitos…). La homologación con el gravamen de las rentas de trabajo está descartada.

En el ámbito social, se limitará el tratamiento fiscal de las pensiones complementarias privadas, al considerar que han favorecido, sobre todo, a las rentas altas (apenas el 9% de los que ganan menos de 30.000 euros al año han recurrido a ellas), y sólo han cumplido de forma parcial su objetivo: complementar al sistema básico de la Seguridad Social. El límite anual desgravable bajaría de 8.000 a 6.000 euros, mientras que se endurecerá el tratamiento de quienes perciben su prestación de una sola vez y no como renta periódica.

Seguros de dependencia

Pero el gran objetivo del Gobierno central en esa materia es incentivar la contratación de seguros privados de dependencia, que en la actualidad no gozan de ninguna ventaja tributaria. Aún no se han fijado las cuantías y porcentajes de las deducciones que se recibirán por ello, pero serán «muy generosas».

En materia de vivienda no habrá cambios significativos, pues se mantendrá la base máxima anual de deducción en 9.015 euros, aunque sí se podría limitar el tope porcentual. Ahora está fijado de forma lineal en el 15%, pero en los dos primeros años tras la compra se puede alcanzar el 25% si la casa se ha financiado con fondos ajenos -por ejemplo, un crédito-.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube